La estrategia deportiva del Barcelona a corto y medio plazo está condicionada por la sanción de la FIFA que le prohibirá fichar hasta enero de 2016. Esto le deja sin poder incorporar a nadie este verano, con el consiguiente problema que conlleva. Pero esto no es lo único: incluso se podría decir que, en vista de las informaciones de los últimos días, hay algo que afectaría casi lo mismo que lo anterior.
Se trata de la posibilidad de que varios jugadores abandonen el club sin que éste tenga capacidad para retenerles y sustituirles con un recambio de garantías. Dani Alves es el caso más claro, y probablemente el más grave. El brasileño es indiscutible con Luis Enrique, pero el club no se ha movido para renovarle y su representante ya ha avisado.
"Estamos cerca con otro equipo, estoy acercándome mucho en las negociaciones, y estamos avanzados en el tema de ponernos de acuerdo", ha dicho Dinorah Santana. La permanencia se aleja para el '22', y con esto el Barcelona tendría un problema serio para el lateral: solo Adriano y el dudoso Douglas aspirarían al puesto.
Porque de Montoya también se sabe, y mucho. Su situación en Barcelona con Luis Enrique es muy negativa, y su representante ya quiso buscarle destino este mercado invernal, algo que parece no se podrá evitar a partir de verano.
Xavi también se encuentra en esta lista. El '6' ha sido visto junto a emisarios del New York City, y su destino podría ser la Gran Manzana en este verano. El mediocentro es un secundario de lujo, y eso es lo que perdería el Barcelona, ese recurso para templar partidos alocados, algo que pasa con más frecuencia que el año pasado en el equipo de Luis Enrique.
También se filtró hace poco un interés del Everton por Sergi Roberto, una de las promesas del equipo que se ha quedado a medias en el Barcelona. El canterano aún no se ha consolidado en el primer equipo, y está relegado a un papel muy residual, así que la salida que le proporcionaría Roberto Martínez sería positiva para conseguir minutos.
En definitiva, estos cuatro casos ilustran la necesidad del Barcelona de poner los mismos esfuerzos en frenar salidas que en apalabrar fichajes para el 2016. El riesgo de quedarse en cuadro durante medio año está ahí, y puede ser imperdonable para un club que comenzará nuevo ciclo tras las elecciones.