Fútbol

Enfado en el Real Madrid por el juego duro sin castigo del Barça y del Elche

Aaron y su dura entrada a Bale. Imagen: Canal Plus

El Real Madrid ha cerrado la jornada del domingo con sensaciones más que positivas después de aumentar su ventaja frente al Barça y dejar su situación en la tabla tal y como estaba antes del derbi del Vicente Calderón. (+4 puntos sobre el Barça, +7 sobre el Atlético). Sin embargo, hubo algo que de este fin de semana que no gustó en absoluto al seno de la plantilla blanca. La ausencia de castigo al juego duro desplegado por el Elche y, por extensión, por el Barça ante el Málaga, molestaron en el seno del equipo merengue.

En el caso del partido disputado por el propio Real Madrid, los merengues se quejaron de que Aaron Ñíguez, hermano de Saúl, centrocampista del Atlético de Madrid, no viera la roja directa por su durísima entrada sobre Gareth Bale.

El futbolista ilicitano entró con los tacos a la altura del tobillo del de Cardiff en una acción que pudo haber tenido consecuencias mayores, pero que finalmente acabó en susto. Pese a la gravedad de la entrada, Aaron sólo vio la amarilla.

En la primera parte molestó otra acción en la que Damian agarró dentro del área a Benzema hasta casi quitarle la camiseta. El colegiado del encuentro, el gallego Iglesias Villanueva, no vio nada, aunque la acción fuera un penalti de manual.

Enfado por el Camp Nou

Los jugadores del Real Madrid también se quejan de que se fue benévolo con el Barça en su partido contra el Málaga. Neymar y Jordi Alba bien pudieron ver la roja por duras acciones contra dos jugadores del Málaga. El primero realizó una durísima doble entrada en la misma acción. Primero dejó la planta sobre el tobillo a Rosales y después entró con excesiva dureza sobre Darder. El árbitro pitó falta y sólo enseñó la amarilla. Pudo haber sido roja.

El segundo dio un par de patadas a Juanpi cuando éste estaba en el suelo y con la pelota parapetadas tras su cuerpo. El colegiado también pitó falta, pero no entendió como agresión lo ocurrido. También fue amarilla. En el Real Madrid creen que ambas se pudieron ver como agresiones y que en ocasiones hay un distinto rasero con los sus propios futbolistas. El argumento más esgrimido es que los blancos suman 50 amarillas frente a las 41 del Barça.

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