
El Barcelona tiene un problema de cara al mercado de fichajes de este verano, y no responde a las incorporaciones (a la imposibilidad de hacerlas), sino a las salidas. El club blaugrana se expone a perder efectivos sin poder cubrir sus vacantes de manera competitiva. El ejemplo más evidente es el de los laterales.
Hasta tres jugadores pueden acabar haciendo las maletas. Solo Jordi Alba y la incógnita Douglas tienen la posición asegurada, salvo algo muy inesperado. Dani Alves, Adriano y Montoya pueden irse a final de temporada. Los signos son negativos en cada uno de los tres casos.
Hoy mismo se han producido dos circunstancias que atañen a sendos implicados en esta zona del campo. Dani Alves lanzaba un enigmático mensaje a través de la red social Instagram, algo que tenía tras de sí un aroma a despedida. En una foto con Adriano, Rafinha, Douglas y Neymar, rezaba lo siguiente: "...si hay que irse, que sea con ganas, con una bella sonrisa en la cara y con alegría en corazón...".
Família Brasil meu orgulho vai além, poder formar parte desse quinteto me faz bem, porque somos? http://t.co/fBtvXFBy9n
— Daniel Alves (@DaniAlvesD2) febrero 19, 2015
La representante del jugador hablaba en el sentido de una posible marcha, negando que el Barcelona se hubiese puesto en contacto con ellos y asegurando que había contactos con varios "clubes importantes".
Por otra parte, hoy Adriano Correia hablaba en rueda de prensa. Una de las preguntas ha sido sobre su futuro, y el '21' ha abierto la puerta a negociar con otros clubes a final de curso: "Si en un futuro hay propuestas claro que las escucharé junto a mi representante, pero de momento hasta el final de temporada quiero pensar en el Barça y disfrutar con el equipo para ganar títulos".
Adriano es el jugador número 19 del plantel en minutos jugados (781), y reclama más presencia en el césped. Las declaraciones de hoy son una especie de recado a un Luis Enrique, por otra parte, bastante fijo en sus convicciones.
El factor Montoya
Sobre Martín Montoya, ya está todo escrito. El '2' ya quiso salir en el mercado de invierno y la Fiorentina estaba dispuesta a pagar. El representante del jugador se reunió con la directiva blaugrana y expuso el descontento del futbolista.
La salida no se produjo en enero, pero todo apunta a que será inevitable este verano. La desconfianza de Luis Enrique es definitiva para un jugador que necesita minutos para evitar que su estancamiento se alargue en el tiempo.