Fútbol

Los 'milagros' involuntarios de Iker Casillas

Casillas felicita a Cristiano Ronaldo tras el partido. Imagen: EFE

Iker Casillas mantuvo anoche su portería a cero en la visita del Real Madrid al (triunfo 0-2 de los blancos). Fue, por lo tanto, una noche feliz para el capitán merengue. Feliz no sólo porque no encajó goles, sino porque apenas tuvo trabajo. El cuadro germano apenas incomodó su portería y cuando lo hizo, la fortuna quiso que la pelota acabara en el poste. En el minuto 73, Platte estrelló con violencia el balón en el larguero. Uchida recogió el rechace, pero su remate posterior acabó, manso, en las manos del guardameta merengue.

Tras la acción, Iker beso su mano y la posó sobre el travesaño para agradecer a ese trozo de metal que le hubiera librado de recibir el gol del empate. Minuto y medio más tarde Marcelo hizo el 0-2. Una manía, la de ser cariñoso con los postes, que el de Móstoles ha repetido muchas ocasiones en Europa. Cuarenta para ser más concreto. Casillas es, con esta cifra, y según Pedro Martín, experto en estadística de la Cope, el arquero que más veces ha recibido tiros a los palos en la historia de la Champions League.

Son los 'milagros involuntarios' de un portero que anoche sumó su participación número 150 en  competición europea (en 50 de ellos no recibió ni un gol) y que en lo que llevamos de Liga también ha visto como las sujeciones le han salvado también de recibir un buen puñado de goles. Ocho han sido las ocasiones que Casillas ha visto como no recibía un gol porque el tiro acaba tocando 'madera'. Recibe un tiro al poste cada tres partidos.

La última de ellas, frente al Depor, el sábado pasado. Borja mandó el balón a la cepa del palo e Iker volvió a repetir liturgia. Beso en la mano y caricia sobre la portería. Una tendencia que él en ocasiones achaca a la suerte, pero en la que su pericia también tiene algo que ver.

No, no es que, como algunos afirman, Casillas pueda desviar balones con la mirada. El secreto de esta afirmación radica en su capacidad para tapar muy bien los espacios a los delanteros, especialmente en el uno contra uno.

"Cuando un arquero tapa bien los palos suele hacer que el delantero patee ajustando al máximo. Por eso los buenos porteros reciben más palos que los malos porteros", respondía hace años el 'Pato' Abbondanzieri cuando le preguntaban por su racha de balones a la madera en el Getafe.

Casillas, al igual que el argentino, ha sabido sacar petroleo de esta virtud hasta llevar a los arietes al límite y, en muchas ocasiones, obligarles a mandar la bola al palo.

Con todo y con eso, el mismo Casillas reconoce que la suerte juega un factor clave. Suerte que, visto lo visto anoche en el Veltins Arena, al igual que sus reflejos, sigue acompañando al capitán del Real Madrid.

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