
Cristiano Ronaldo, delantero del Real Madrid, está pasando uno de los peores momentos en su carrera como futbolista blanco. Su mal rendimiento personal, los problemas físicos que arrastra, los malos resultados del equipo merengue, las críticas por su fiesta de cumpleaños y su ruptura con Irina Shayk son los ingredientes que conforman un cóctel peligroso que está lastrando la moral y el ánimo del vigente Balón de Oro.
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Hoy cuenta el diario Marca que Cristiano esta tocado. De hecho, esta semana se podría calificar como la peor de su carrera deportiva. La mezcla de factores antes citada le tortura hasta el punto de apoyarse en sus compañeros para salir adelante. Cuatro son los que más están volcándose con el vigente pichichi del campeonato.
El primero y más importante, Sergio Ramos, con quien mantiene desde hace años una relación de profunda amistad y que en estos días se ha destapado como un soporte básico.
También estarían siendo clave Pepe y Coentrao, sus amigos del clan portugués. En la cuarta posición estaría Iker Casillas, hombre con el que ha tendido lazos en los últimos tiempos y que, aunque con distancia, también le ha ofrecido apoyo en estos momentos duros.
Exceso de autoexigencia
La principal razón de este bache es el bajo rendimiento que Cristiano ha ofrecido desde que arrancó 2015. Salvo un par de fogonazos ante el Getafe, el presente año está siendo atípico para un CR7 incapaz de competir como antaño. No es sólo que el portugués no marque goles, es que no da la sensación de peligro de otros tiempos. El partido contra el Córdoba o el del pasado sábado, ante el Atlético, fueron buena muestra de ello. Casi ni se le vio por el césped.
Eso le frustra. Le deja tocado. Su nivel de autoexigencia es tal que no se permite ni un sólo partido de relax. Haberse concedido mes y medio de 'incomparecencia' es inadmisible.
Inadmisible aunque el luso pudiera achacar su bajo rendimiento a los problemas de rodilla que arrastra. La articulación es otro de los quebraderos de cabeza de al estrella merengue. Sigue provocándole molestias.
Desde el club se niega cualquier atisbo de recaída, lo cierto es que el jugador no se siente cómodo y eso le provoca un temor creciente a comenzar un declive por problemas físicos como el que afectó a Kaká o a Ronaldo na Zario, los dos ejemplos que Cristiano tiene más a mano para saber lo que una lesión puede afectar a cualquier futbolista.
Una revuelta vida personal
Además de los problemas deportivos, Cristiano Ronaldo tiene también un inestable panorama personal. Su propio agente, Jorge Mendes, habla de estos vaivenes como el origen de tardes negras como la de Córdoba (que acabó en expulsión). "Si tienes una discusión en casa, a la tarde siguiente lo notarás en el trabajo", confesó en una entrevista a ESPN (Vea aquí el vídeo de su declaración)
En este sentido pesan dos sucesos: la ruptura con Irina Shayk y la famosa fiesta fiesta de cumpleaños. El primero le tiene comida la moral desde principios de 2015. El segundo le ha provocado más quebraderos de cabeza de los esperados por la filtración de las fotos que hizo el cantante colombiano Kevin Roldán. Suma y sigue.
En busca del perdón
Por todo ello, Cristiano ha apuntado en rojo la fecha de mañana sábado. Quiere, ante el Deportivo de la Coruña, en el Bernabéu, buscar el perdón de su público. Sabe que la parroquia merengue, exigente como pocos, le esperará en algunos casos con los cuchillos afilados.
Por eso ansía darlo todo, ganar a los gallegos y, a ser posible, hacerlo demostrando que su bajada de rendimiento ha sido sólo temporal. En caso contrario, el portugués sabe que hay un alto riesgo de que reciba críticas. Y está preparado para ello. Forma parte de su terapia, es que pretende sacarle del bajón anímico que traviesa para devolverle a la élite en la que se ha mantenido en los últimos años.