El 2015 empezó de malas maneras para el Real Madrid: con una derrota en Valencia que cortó al racha de 22 victorias y la confirmación de que el equipo comienza a pagar las consecuencias de un calendario exigente y una raquítica política de rotaciones de Carlo Ancelotti, que ahora sí parece estar obligado a rebajar la presión de los minutos sobre sus titulares.
El italiano ya ha dejado entrever que en la eliminatoria de Copa ante el Atlético de Madrid habrá algún que otro cambio. Tras semanas de sensaciones negativas por lo que se mostraba en el terreno de juego, 'Carletto' ha dado su brazo a torcer en lo referente a las rotaciones. Pero en el momento menos oportuno.
Y es que enero es el mes más duro de competición de todos a los que se ha enfrentado hasta el momento el Real Madrid. Tras el partido contra el Valencia, espera el doble choque ante el Atlético de Madrid, una hipotética eliminatoria contra el Barcelona si se supera este duelo y tres compromisos ligueros: Espanyol, Getafe y Córdoba, los dos últimos fuera del Bernabéu. En total, podrían ser hasta ocho partidos, de los cuales cuatro serían ante Atlético y Barcelona.
Esta sobrecarga de partidos (y muchos, de gran dificultad) pone a prueba la valía del fondo de armario de la plantilla blanca, y supone un problema para Ancelotti, que tendrá que ir renunciando a varios de sus titulares para poder darles refresco en partidos que no admiten errores ni medias tintas.
En el tintero quedan otros encuentros de meses anteriores con un calendario más fácil, en el que las rotaciones habían sido más propicias. Ya desde noviembre, hubo síntomas que apuntaban a ello, como cuando Toni Kroos aseguró que sufría fatiga: "¡No veo la hora de que llegue el verano!".
Ahora, en el mes más complicado, Ancelotti retoma la asignatura que tenía pendiente. El futuro de la Copa del Rey y que el tropiezo en Mestalla solo sea eso, un tropiezo, depende de cómo acepte el equilibrio del equipo los cambios en las alineaciones.
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Un Madrid cortocircuitado
