
Ivan Rakitic fue uno de los jugadores más destacados del Barcelona en la ida de dieciseisavos de final de Copa del Rey. El croata brindó el segundo tanto a Andrés Iniesta y abrió la lata en el marcador con un excepcional lanzamiento de falta. El '4' culé exhibió lo que ya había demostrado en el Sevilla, que los libres directos son una de sus especialidades.
No obstante, este acierto ante el Huesca no supondrá una mayor participación de Rakitic en los lanzamientos de falta. Luis Enrique fue tajante cuando se le preguntó por ello en rueda de prensa: "Los tiros de falta son cosa de Messi y entre el equipo gestionan esas circunstancias. Les doy plena libertad para que decidan ellos".
Un mensaje que abría una pequeña rendija. O al menos eso parecía. Porque enseguida el asturiano se encargó de bajar los ánimos del croata en este aspecto: "Leo esperó un tiempo mientras las tiraba Ronaldinho, ahora les toca esperar a los otros porque las tira él".
De esta forma, el aviso es claro: toca esperar, Leo es el que manda cuando se habla de tirar faltas. El croata tendrá que tirar de paciencia para ello, y sufre lo mismo que otros jugadores blancos en el Real Madrid con la presencia de su estrella Cristiano Ronaldo.
En el equipo de Carlo Ancelotti esto viene pasando durante varios años: varios jugadores que tienen entre sus habilidades el balón parado (entendiendo por ello la ejecución de faltas) han sido víctimas de la voracidad del luso. Una voracidad permitida, dada la jerarquía del '7'.
Así, jugadores como Xabi Alonso, Özil, Sergio Ramos, Gareth Bale o James Rodríguez ven muy limitado su campo de actuación en lanzamientos directos. Una lista de jugadores que, por otra parte, ha hecho gala de sus habilidades. Los casos más atractivos son los de Bale y Ramos, que con sus selecciones y en las contadas veces que han podido ejecutar las faltas han demostrado que tienen una gran efectividad.
Como ellos, Rakitic sufre en el Barcelona el hecho de que uno de los mejores jugadores del mundo esté por delante en la lista de tiradores, a pesar de su capacidad para este tipo de maniobras.