Fútbol

Los tres olvidados del Balón de Oro 2014: Di María, Robben y Müller

Robben, pudo haber entrado entre los finalistas al Balón de Oro | Reuters

El Balón de Oro 2014 ya tiene sus tres finalistas. Cristiano Ronaldo, Leo Messi y Manuel Neuer lucharán por ser el mejor jugador del mundo en el año que está a punto de terminar. Una disputa cuyo resultado se conocerá a principios de 2015 y que deja, como cada temporada, un buen puñado de víctimas. Jugadores que hicieron méritos para haberse colado en este podio y que, sin embargo, no tendrán el reconocimiento oficial que su trayectoria les ha hecho merecedores. En esta edición, tres son los olvidados que se han quedado sin su reconocimiento. Di María, Robben y Müller protagonizan el 'podio de madera' de este Balón de Oro.

Dicho de otro modo, si cualquiera de los tres se hubiera metido entre los finalistas, nadie se habría extrañdo, toda vez que han ido acumulando méritos en los últimos 12 meses hasta convertirse en parte del Olimpo del fútbol mundial.

Di María, a la sombra de los grandes

El caso de Di María es el más especial porque su gran año ha quedado eclipsado en sus equipos por dos de los finalistas, a saber, Cristiano Ronaldo y Leo Messi. Ni uno ni otro habría logrado llegar lejos en competiciones como la Champions, la Liga o el Mundial sin la importantísima aportación del 'Fideo'.

En el equipo blanco, el '22' fue el hombre más destacado del curso pasado incluso por encima de jugadores vitales como Bale, Sergio Ramos o Xabi Alonso. Papel relevante que, además, fue sostenido. Por primera vez en su carrera y gracias a la templanza de Ancelotti, Di María fue regular a lo largo de toda la temporada.

Eso le llevo a convertirse en el mejor jugador del Real Madrid en la final de la Copa del Rey frente al Barça (aunque Bale hizo el gol decisivo, Di María marcó el primero) y, sobre todo, en la final de la Champions League. Sergio Ramos hizo el gol del empate ante el Atlético de Madrid, pero fue Di María el encargado de castigar con mayor dureza a los colchoneros durante los 120 minutos que duró el partido.

Su eslalon en la banda izquierda para provocar el 2-1 de Gareth Bale es una de las jugadas del año no sólo por su vistosidad y potencia, sino porque llegó cuando todo el mundo estaba agotado. Todos menos Di María.

Aquella noche, en Lisboa, fue nombrado mejor jugador del partido. Había nacido una nueva estrella que lideró a Argentina en el Mundial de Brasil. Fue él y no Messi el hombre capaz de sostener a los de Sabella casi, casi hasta la final de Río de Janeiro.

Su lesión antes justo de la cita contra Alemania fue un mazazo durísimo. En el vestuario albiceleste más de un jugador ha confesado ya que con él sobre el terreno de juego de Maracaná quizá ahora Argentina luciría su tercera estrella como campeones del mundo.

Después llegó su traspaso al Manchester United, y aunque allí no ha rendido al mismo nivel que en el Bernabéu, lo cierto es que ha sido el líder de los diablos rojos hasta su reciente problema muscular.

Robben, al acecho de Messi

Arjen Robben ha sido también otro de los protagonistas del año.De hecho, ayer se barajó que fuera el finalista sorpresa. Pero no lo consiguió. Messi confirmó su idilio con el Balón de Oro de nuevo. En todo caso, Robben ha sido clave este año tanto en el Bayern de Múnich como en la selección holandesa.

Con los de Pep Guardiola, el holandés se ha transformado en uno de los mejores jugador de los bávaros en el plano ofensivo, por delante de un Frank Ribèry que no ha sabido mantenerse en lo más alto como sí ha hecho el neerlandés a lo largo de las últimas temporadas. Esa virtud, la regularidad, es una de sus mejorías notables que ha experimentado.

También su capacidad física (ya no se lesiona con tanta frecuencia como antes) o su sentido del juego. Ya no se pierde como antaño en regates imposibles, sino que juega más con sus compañeros y sólo tira de verticalidad cuando es necesario.

Todo ello son virtudes que fueron clave para que el Bayern ganase la Bundesliga con casi dos meses de antelación y también para que triunfase en la Copa de Alemania. Sólo naufragó en Champions ante el Real Madrid de Di María.

Un fracaso amargo que solucionó con un gran Mundial. Robben primero y Van Persie después, lideraron a los de Van Gaal hasta la tercera posición. Fue nombrado hombre del partido hasta en tres encuentros (incluido el último frente a Brasil). Marco tres goles que se unen a los 21 que anotó con los bávaros en los 45 partidos que disputó con su club el curso pasado. Este año suma 13 encuentros y ya ha hecho 8 dianas.

Müller, a la sombra de Neuer

Thomas Müller ha sido víctima del efecto Mundial, algo que ya sufrieron los españoles en 2010. Este efecto se puede definir como la diversificación del voto al ganador del Balón de Oro entre los distintos miembros de un combinado nacional, en este caso Alemania. Quizá sin este efecto, Müller estaría ahora entre los finalistas.

Porque si Neuer fue vital en la consecución del Mundial por parte de los germanos, también lo fue este delantero poco amoldado a la vieja escuela de su país. No es un 9 pero marca goles al más puro estilo de un 9. No es fuerte, pero tiene una resistencia física como pocos jugadores.

Es alto, pero maneja las piernas con una calidad incontestable. Virtudes que le han transformado en otra de las piezas claves del Bayern y de la selección alemana. Con los bávaros firmó 26 goles en 51 partidos el curso pasado.

Con los germanos hizo cinco dianas en el Mundial y fue nombrado hombre del partido ante Portugal y Estados Unidos. Se quedó a un solo tanto de compartir el premio de máximo goleador con James Rodríguez, pero la consecución de la Copa le quitó el sabor amargo de no ocupar este puesto. Méritos que también le podrían haber colocado entre los tres mejores del planeta, aunque finalmente los votos han decidido que sean Cristiano, Messi y Neuer los encargados de tener semejante honor.

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