Fútbol

Gareth Bale se enreda en el nuevo ecosistema del Real Madrid

Bale, en el partido contra el Basilea en el Bernabéu. Imagen: EFE.

Cristiano Ronaldo y Benzema fueron ayer los protagonistas del único gol de Real Madrid ante el Basilea. El luso culminó una gran acción del francés para igualar a Raúl en la lista de goleadores de la Champions. Los dos integrantes de la 'BBC' siguen de dulce. El tercero, Gareth Bale, no se encuentra en la misma situación.

En su cuarto partido tras recuperarse de su lesión en el piramidal, el galés fue de lo más gris del Real Madrid en un partido que se caracterizó por jugarse a un par de marchas menos de lo acostumbrado. Al igual que en los encuentros anteriores, se reflejó la falta de adaptación de Bale a una forma de jugar que no casa con sus aptitudes.

Y es que el '11' blanco se asfixia ante la falta de espacios y con ello disminuye su protagonismo a la par que aumenta el de los 'jugones' como Isco, James o Kroos. Con el estilo de toque que ha conseguido implantar Carlo Ancelotti se ha recuperado un gran juego que hacía mucho años que no se veía en el Bernabéu, pero por el camino se ha perdido la influencia del gran fichaje del año pasado.

Desde que Bale ha vuelto de la enfermería, solo ha conseguido un tanto en cuatro partidos, ante el Rayo Vallecano. En estos mismos choques, sus compañeros de delantera, Cristiano y Benzema, han metido cuatro y tres respectivamente. Además, también han sumado en el apartado de las asistencias, con tres del portugués y una del francés.

Sin tantas situaciones que favorezcan a la velocidad, a las cabalgadas y a las contras, Bale está fuera de sitio, en otro ecosistema diferente al que existía cuando tuvo que parar por su lesión. Cristiano y Benzema han encajado a las mil maravillas, sobretodo el '9', que ha encontrado su mejor versión cuando se la forma de jugar se ha ajustado a sus habilidades asociativas y de movimiento entre líneas. Con Bale aún no existe tal adaptación.

Lo cierto es que antes de este cambio de sentido en el estilo de juego y de la caída de Bale, el galés ya había estado en el punto de mira por su bajo rendimiento. Incluso llegó a cuestionarse su papel en la debacle en Anoeta que supuso el antes y el después en el equipo. A pesar de que las expectativas eran muy altas por el hecho de que en esta temporada podría iniciar las competiciones a tope físicamente, las sensaciones ofrecidas en pretemporada han quedado disueltas.

En la 2014/2015, lleva seis goles y cinco asistencias en un total de 16 partidos. A la misma altura de temporada, el curso pasado solo sumaba un gol menos (cinco goles y cinco asistencias) con seis partidos menos y arrastrando molestias físicas. La comparativa le sale a deber.

El galés, sin embargo, cuenta con el respaldo de Carlo Ancelotti, que en cuanto tuvo la ocasión le devolvió a la titularidad. Ahora, la pelota está en el tejado del jugador, que debe dar un paso más, aumentar el esfuerzo defensivo y asumir más protagonismo, participar en jugadas, mezclarse con sus compañeros, y en definitiva, dejar a un lado las individuales. Una tarea complicada para un futbolista que vive mejor en otro esquema. Pero la circunstancias han cambiado, y Bale debe hacerlo con ellas.

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