
La victoria de España frente a Bielorrusia del pasado sábado (3-0) fue algo más que un triunfo para la vigente campeona de Europa. El combinado nacional ganó usando como sistema un novedoso 4-4-2 que, en parte, imita el dibujo del Real Madrid. Parecía un esquema hecho para que brillase Isco, aunque no sólo el malagueño tuvo una gran actuación contra Bielorrusia. El buen rendimiento de Piqué, Jordi Alba, Busquets o Pedro llamó la atención por cuanto los cuatro futbolistas culés no habían conseguido cuajar una buena temporada con su club. Puede que con estas modificaciones Del Bosque haya enseñado a Luis Enrique un camino de éxito no sólo para estos cuatro nombres, sino, por extensión, para todo el Barça.
Analicemos como mejoró este nuevo esquema de España a los cuatro futbolistas procedentes del Camp Nou:
Un Piqué con menos carencias
Cierto es que el '3' de La Roja apenas tuvo que preocuparse de los ataques de Bielorrusia, toda vez que el rival de España usó un defensivo 5-4-1 que no molestó a Iker Casillas y su zaga. Sin embargo, la forma de jugar de 'La Roja' sí que dejó algunos detalles que permiten extraer conclusiones aplicables al central blaugrana.
Con un 4-4-2, el mediocampo de España fue mucho más estable y dejó menos espacios para que los rivales pudieran encontrar pases entre líneas con los que aprovecharse de la defensa adelanta de España. Piqué y Ramos tuvieron, en este sentido, menos trabajo.
Ambos tampoco tuvieron que preocuparse de sacar la pelota jugada por la cercana presencia de Busquets y, esta vez, de Koke. Es un dato importante porque Piqué no ha estado especialmente brillante en esta faceta, la de sacar la pelota, en los últimos partidos con su club. Este nuevo dibujo en los culés podría minimizar semejante carencia.
Busquets juega mejor acompañado
El '5' de España y del Barça fue quizá el jugador que salió más beneficiado de este nuevo sistema. Del Bosque usó por primera vez un doble pivote por delante de la defensa, con Koke ayudando al de Badía en la medular. Ni siquiera con Xabi Alonso 'La Roja' jugaba con dos hombres en paralelo en este puesto. El de Tolosa siempre lo hacía algo más adelantado que 'Busi'.
Contra Bielorrusia no fue así. Koke jugó al lado de Busquets y eso le ayudó mucho y en muchos aspectos. El primero y fundamental, el físico. Sergio no tuvo que mulplicarse para llegar a todos los balones como le suele suceder en el Barça, donde él solo ejerce de ancla y timón blaugrana. Con menos cansancio, el centrocampista se pudo permitir el lujo de brillar más en lo que mejor hace.
Con la espaldas bien cubiertas por Koke, se liberó a la hora de presionar al mediocampo y se lució también cuando era el del Atlético el que subía a robar el esférico. Por animarse, Busquets se animó incluso a probar fortuna lejos del área en el gol que supuso el 2-0 para España, algo que casi nunca le sucede en el Barça.
Esta temporada Luis Enrique ya ha meditado en alguna ocasión usar el doble pivote Busquets - Mascherano o Busquets - Xavi como una alternativa para su medular, aunque por ahora no se ha atrevido a poner en práctica este esquema
Jordi Alba, y su escudero
Ante Bielorrusia, España usó de forma muy ofensiva a sus dos laterales, con Juanfran por la derecha y Alba en la izquierda. El primero brilló más que el segundo básicamente porque Isco fue más individualista en el costado zurdo y, por lo tanto, asistió menos Alba que lo que Cazorla lo hizo con Juanfran.
Con todo y con eso, el uso de los laterales que hizo Del Bosque fue muy parecido al que intenta conseguir Luis Enrique en el Barça. Con los culés, el de Hospitalet no está cuajando una mala temporada, aunque sí que es cierto que en el algún partido ha tenido problemas por su tendencia ofensiva.
Del Bosque también aquí le enseñó una posible solución a 'Lucho'. Y de nuevo fue la presencia del doble pivote en la medular. Busquets y Koke se multiplicaron para tapar esas subidas sin que, al hacerlo, dejaran descompensado el mediocampo precisamente porque la presencia del otro pivote tapaba este balance defensivo.
Un Pedro más '9'
La otra gran novedad del sistema con el que jugó España fue la presencia de Pedro como un delantero más y no tanto como un extremo. El canario ha perdido en los últimos tiempos velocidad, pero no efectividad de cara a puerta, algo que Del Bosque quiso aprovechar situándolo junto a Alcacer. Fue ahí, cerca del área y mucho más centrado, como Pedro recordó al de antaño, con esprints cortos y desmarques acertados que volvieron loca a la zaga contraria y acabaron dándole el premio del gol.
En el Barça su rol es más el de extremo, plan que últimamente no le ha permitido sacar su mejor rendimiento. Quizá Luis Enrique pueda aprovecharse de esta reinvención para ubicarle de delantero cuando así se lo exija el guión de cualquier partido.
En todo caso, hay que recordar que el Barça juega con un 4-3-3 que viene, en parte, forzado por la presencia de Neymar, Messi y Luis Suárez en la plantilla. Apostar por el 4-4-2 supondría tener que sentar a alguno de estos tres delanteros en el banquillo o reconventir a alguno de ellos al puesto de interior, algo que parece complicado por sus características y por el efecto negativo que podría tener en el vestuario mandar a la suplencia a algunos de sus estrellas.