
Mañana, el Real Madrid se enfrenta al Liverpool con el objetivo de sentenciar el pase a octavos de Champions y hacerlo como líder de grupo. En racha, en lo más alto de la tabla liguera y con un Cristiano imponente, el equipo blanco tiene un único pero que afecta a Carlo Ancelotti: ¿Qué hacer con Gareth Bale?
Tras dos semanas dulces en las que Isco, el 4-4-2 y un nuevo estilo de toque han triunfado y han maravillado a propios y a extraños, la recuperación del galés pone al entrenador blanco ante una difícil decisión. Ya no hay marcha atrás, ni posibilidad de escapar de la disyuntiva.
La titularidad del '11' sería rechazar a uno de los jugadores más importantes en esta nueva forma de hacer las cosas en el césped. En rueda de prensa, Ancelotti ha tratado de ser diplomático y afirmar que los dos jugadores ya habían jugado juntos anteriormente y que eran absolutamente complementarios. Sin embargo, esa opción solo llevaría detrás alguna ausencia en el once en la zona de ataque. El gran momento de forma de Cristiano, Benzema o James (además del propio Isco) deja entrever que solo una rotación podría abrir la puerta a esta situación.
Hay muchas dudas acerca de lo que decidirá Ancelotti, que hoy mismo no ha asegurado que Bale jugase el partido completo. "Sólo tengo la duda de si jugará de inicio o no", ha dicho. Algo que da por sentado que el galés dispondrá de minutos, cuya cantidad dependerá de lo que quiera arriesgar con una posible recaída. Esto, unido a que en su momento ya dijo que a la vuelta de su lesión volvería a jugar, constituirían pistas que acercan a Bale a la titularidad.
Esto, además de la llegada al banquillo de un futbolista que ha dado el paso hacia adelante que se le exigía, también supondría renunciar a un esquema que ha traído muchas alegrías en muy poco tiempo. Y es que con Bale, el equipo vuelve al 4-3-3 en ataque. El 4-4-2 lleva siendo utilizado mucho tiempo por Ancelotti, con Bale 'escondiéndose' en una de las bandas cuando el equipo no tiene el balón. Ahí se le pedía más trabajo, petición que sigue vigente y que James e Isco ya han interiorizado.
En ataque, Bale también cambia el paisaje. Gareth es un jugador más de pegada, de fuerza y velocidad, muy de acuerdo con el estilo de contraataque que se ha perfilado (y al que ahora tampoco se renuncia) en el Real Madrid. Con él en el campo, el equipo blanco perderá combinación, toque y criterio. Ganará, eso sí, contundencia arriba, velocidad en banda y poderío a balón parado, pero a cambio perderá una parte de aquello con lo que ha dado un puñetazo en la mesa en las últimas jornadas.
En esta decisión anda metido Ancelotti, que por el momento no se ha decantado de forma oficial, ni lo hará hasta el momento de las alineaciones. Su elección, hoy más que nunca, será vital para un Real Madrid que comienza a gustar y mucho a su afición y a medio mundo.