Neymar da Silva Santos está en el mejor momento de su carrera. El delantero brasileño suma ya diez goles con los que ha dado un salto de calidad en la presente temporada hasta convertirse en la referencia que se esperaba de él en el FC Barcelona.
Ayer, ante el Ajax, volvió a marcar y lo hizo, además, después de desplegar un recital de desmarques, regates, asistencias y remates a puerta. Su evolución es tan ascendente, que a día de hoy es complicado saber quién es el jugador más en forma del Barça, si él mismo o Leo Messi. Neymar empieza a amenazar el trono del argentino en el Camp Nou.
Paradójicamente, lejos de ser un motivo de conflicto, la irrupción potente de Neymar en el Barça se ha convertido en una bendición para Luis Enrique y el resto del equipo. El '11' y el '10' no compiten entre ellos.
No hay egoísmos o disputas, sino pura comprensión y entendimiento futbolístico, lo que ha derivado en combinaciones constantes entre ambos y un número creciente de goles nacidos de sus jugadas. Es así, con el apoyo de Messi, como el brasileño ha evolucionado a mayor velocidad. También le ha ayudado la nueva posición de 'La Pulga'.
Ahora Messi juega de mediapunta. Es más un centrocampista que un delantero y eso libera espacios en la zona de ataque barcelonista. Sin nadie en el centro que ocupe el lugar fijo de delantero centro (ni el propio Leo ejerce de 'falso 9'), las diagonales de Neymar tienen más sentido. Por momentos es él mismo quien decide echarse al centro para ser un ariete más. También en este puesto crea peligro. Su versatilidad es también otra de las razones por las que ha crecido tanto.
Su propia evolución
Siendo importante el apoyo de Messi y las mutaciones tácticas de Luis Enrique, lo cierto es que Neymar amenaza la supremacía del argentino más por méritos propios que por ayudas externas. ¿Cuáles? En primer lugar, su adaptación al fútbol español tras un año en nuestra Liga es mayor. 'Ney' ha aprendido que aquí, a diferencia de lo que sucedía en Brasil, no es tan sencillo encadenar filigrana tras filigrana. En España la más mínima ostentación acaba en falta o en robo del esférico.
Así pues, su método ha cambiado. Neymar es ahora menos vistoso, pero mucho más eficaz. Atrás quedaron los tiempos en los que buscaba más el regate de cara a la galería o las mil y una bicicletas ante cualquier contrario. Ahora Neymar es más Messi, es decir, encara y se va. Así de sencillo. Así de complicado.
Una evolución en la que la presencia de Munir le ha ayudado. El canterano amenazó con quitarle el puesto en el arranque de curso con una forma de jugar igualmente directa y concisa. Sin complicaciones.
Más musculado y más sacrificado
Sea como fuere, también Neymar ha mutado morfológicamente hablando. Está más musculado. Lo dicen las fotografías y las repeticiones de los partidos. En el comienzo del curso pasado, derribar a Neymar era sencillo. Ahora no. Aguanta las patadas y empujones con mucha más firmeza, lo que le ha permitido acabar muchas más jugadas que antes y, por lo tanto, crear peligro con mucha más facilidad.
A todo eso, hay que añadir que el jugador también se siente mucho más generoso. Combina más con sus compañeros y se le ve más preparado para replegar hacia la propia portería.
Este factor, unido al resto, hace que, a día de hoy, su nivel de juego sea uno de los mejores de Europa y, por lo tanto, de Europa. Cierto es que Messi también ha iniciado el curso con buenas cifras, pero, por primera vez desde que explotó como jugador del Barça, un compañero se atreve a hacerle sombra en su misma posición y con sus mismas armas: goles, regates y asistencias.
Habrá que ver si Neymar prosigue con este ritmo y si, de hacerlo, será capaz de arrebarle a Messi el trono de mejor jugador del Barça en la presente temporada.
Entidades
Barça 2-1 Ajax