Fútbol

Xavi Hernández amenaza al Bernabéu

Xavi, en el momento en el que le hizo un gol al Eibar | EFE

Xavi Hernández parece un gato. Es complicado hundirle. Siempre tiene alguna vida guardada en la chistera. Sólo así se explica su renacer en una temporada, la actual, que estaba llamada a ser la de su ocaso blaugrana. De hecho, lo normal es que no hubiera si quiera jugado este curso. Luis Enrique habló con él, le convenció bajo 'amenaza' para que continuara ("Si no juegas, no me toques los huevos", le dijo) y poco a poco le ha ido metiendo en sus planes. No ha sido una decisión voluntaria del técnico, esto es, ha sido el propio Xavi el que se ha ganado un puesto donde parecía imposible. Su buen rendimiento en los escasos minutos que tuvo al poco de comenzar la campaña han ido convenciendo al técnico asturiano hasta darle dos titularidades consecutivas en el Camp Nou. En ambas el de Terrasa jugó 90 minutos y desplegó un fútbol excelso, como solía hacer en sus buenos tiempos. Tanto es así que, que Luis Enrique medita muy seriamente darle también la batuta de la medular en el clásico del próximo sábado. Xavi vuelve a amenazar al Bernabéu, un campo en el que ha dibujado alguno de los mejores partidos de su carrera.

De hecho, mañana el 'capità' blaugrana no jugará frente al Ajax. 'Lucho' le dará descanso y, por lo tanto, le dejará fresco para jugar en Madrid si así lo decide finalmente.

Es quizá este factor, el físico, el que más está ayudando a Xavi a recuperar el tono de otros tiempos. Su ausencia en la selección española le está permitiendo descansar y, de paso, centrarse más en los entrenamientos del día a día.

Su suplencia en los primeros encuentros y el hecho de que Luis Enrique no le dé más de dos participaciones consecutivas hace que su cuerpo no esté tan castigado como lo ha estado en los últimos seis años, cuando el mediocampista sólo ha disfrutado de un verano libre, el de 2011. En el resto siempre ha tenido algún torneo con 'La Roja' y eso, a la larga, se nota.

Con la bombona de oxígeno a tope, Xavi se siente cómodo para pensar y dirigir la orquesta blaugrana con seguridad. Frente al Eibar no sólo marcó, sino que lo hizo en una jugada mezcla de velocidad y calidad de esas que solía protagonizar. Messi supo aprovechar su desmarque desde la segunda línea y él, con categoría, picó la pelota con un sólo toque. Un tanto parecido al que le hizo a Casillas en el famoso 5-0. Un gol de los de antes.

Pero su aportación no es sólo ofensiva. Con él sobre el campo, el Barça se siente más seguro porque sabe tener la pelota con más criterio y velocidad, lo que evita pérdidas inútiles y, sobre todo, contragolpes rivales.

Una diferencia que se hizo más patente que nunca en París, cuando Xavi saltó al terreno de juego y taponó la hemorragia que habían protagonizado Busquets, Iniesta y Rakitic en la primera parte. Es aquel partido el que sirve de ejemplo a Luis Enrique. Los galos han sido lo más parecido a un grande que se han enfrentado este curso y allí, en el Parque de los Príncipes, el Barça sólo fue el Barça cuando Xavi jugó sobre el verde parisino.

Un dominio de los partidos que en Liga también se refleja en las estadísticas. Pese a haber jugado sólo cinco partidos (tres de titular, dos de suplente) ya supera el porcentaje de aciertos de pase de Rakitic (90% por el 87% del croata) y se coloca como el tercer mejor pasador del mediocampo culé por detrás sólo de Busquets e Iniesta.

Características que confirman que Xavi está de vuelta. Quizá nunca se fue del todo. Sea como fuere, el de Terresa podría convertirse en la principal novedad culé en el Bernabéu, un campo que ya ha acaudillado en un puñado de ocasiones y donde ha llegado a marcar cuatro tantos.

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