Diego Costa sigue sumando fracasos con la Selección Española. El delantero hispano-brasileño del Chelsea acumula guarismos espectaculares en sus clubes, pero no logra jugar partidos acertados en la selección. Anoche, ante Eslovaquia, el de Lagarto volvió a dejar a cero su cuenta goleadora.
No sólo eso. Apenas contó con ocasiones claras de gol y su juego volvió a chocar con el estilo de toque y posesión de 'La Roja'. Para colmo, tuvo un par de conatos de pelea con los eslovacos que calentaron el ambiente. Tampoco le ayudó el hecho de que su principal competidor por el puesto sí que tuviera más acierto que él. La salida de Paco Alcacer le puso en evidencia.
El delantero ché marcó el único tanto español y ya suma dos goles con sólo dos internacionalidades, una marca muy superior a la del propio Costa. Desde que el ex del Atlético de Madrid debutara con España frente a Italia a principios de año, Costa ha jugado ya seis partidos con el combinado nacional, esto es, tres amistosos y tres oficiales. En ninguno de ellos ha visto puerta.
Un estilo que no le cuadra
El problema de Diego Costa no es, desde luego, su actitud. Cada partido que disputa con la camiseta de España, el ariete se deja la vida en cada desmarque, en cada balón disputado, en cada resquicio de espacio.
Pero por más que se empeñe, el acierto y los goles no llegan.
¿Cuestión de rachas? ¿Es la típica sequía goleadora que afecta, en ocasiones, a los buenos delanteros? Podría ser, pero la sensación es que, más allá de desaciertos individuales, el problema de Diego Costa es que le cuesta encajar en el sistema de juego de la Selección Española.
Porque Diego Costa siempre ha brillado en equipos que juegan a la contra. Con espacios por delante es cómo más eficaz se ha mostrado. Cierto que también ha anotado goles de esos que se cocinan a fuego lento con mucho toque y posesión. Pero la guerra de Costa es otra. La de moverse como un relámpago hacia la portería contraria. La de usar pases profundos de 40 metros (sea por arriba, sea por abajo) con una mordiente de delantero centro de clase Mundial.
Unas cualidades que le cuesta mostrar en España al igual que le costaba mostrar a Fernando Torres (otro ariete especialista del contragolpe) o, sin ir más lejos, al propio Cesc Fàbregas. El de Arenys, compañero de Costa en el Chelsea, está cuajando un gran curso en los 'blues' gracias los espacios con los que cuenta para meter sus precisos balones a la espalda de las zagas rivales.
Anoche, sin embargo, con Eslovaquia encerrada, a Cesc no le salió nada. La falta de huecos le nubló la vista. Anoche no encontró a Costa como Costa no le encontró a él y al resto de sus compañeros. Una suma de factores que provocó su sexto fracaso con la roja, su sexto encuentro consecutivo sin ver puerta desde que debutara con el combinado nacional.
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Un reto pendiente