
Gareth Bale ha comenzado la temporada en un sorprendente modo bipolar. El galés se ha convertido en una de las mejores armas ofensivas del equipo blanco. Tanto es así, que ya suma cinco goles en los once partidos que ha disputado, amén de acumular una buena retahíla de ocasiones y oportunidades que podrían haber disparado estas cifras. Sin embargo, en el Real Madrid no están contentos con el rendimiento del fichaje más caro de su historia.
Su capacidad defensiva está siendo, por ahora, pésima. A ello hay que sumar un lacerante egoísmo que le hace desaprovechar muchas ocasiones por el mero hecho de querer marcarlas él y no dejárselas a sus compañeros.
Un actitud que se refleja en las estadísticas. Hoy el diario Marca refleja alguna de ellas. Veamos.
Bale es el segundo jugador que más veces ha disparado a puerta (17) y cuyos disparos más veces han ido a puerta (13). Una buena estadística que se diluye cuando hablamos de regates e intentos de regate. Bale ha probado marcharse de sus rivales en 32 ocasiones, pero sólo lo ha conseguido en 11.
Además, en tareas defensivas, el galés ocupa la decimotercera posición en cuanto a balones recuperados, con sólo 10 esféricos robados (incluso Benzema ha robado uno más). En lo que llevamos de Liga ha perdido 53. En cuanto a faltas, Bale sólo ha cometido dos. Ocupa la 15ª posición en la plantilla blanca.
Malos números como malos son los datos del Real Madrid en las jugadas a balón parado. Los corners ya le han costado al Real Madrid seis goles y en la mayoría de ellos Bale defendía el primer palo. Se supone que su capacidad aérea le debía convertir en una buena baza para frenar las prolongaciones rivales. Pues bien, por ahora, su presencia en esta zona ha sido testimonial. Apenas ha hecho nada para evitar estos tantos.
Una suma de factores que, por ahora, lo convierten más en un problema que en una solución para Carlo Ancelotti, toda vez que el Real Madrid en su conjunto adolece de un problema de equilibrio en el que Bale tiene una gran responsabilidad.
Dicho de otro modo, él es, junto con Cristiano Ronaldo, Benzema y, en menor medida, James, uno de los cuatro futbolistas que apenas defiende y que, por lo tanto, ayuda a que los rivales metan mano con demasiada facilidad al Real Madrid.
Es curioso que el ex del Tottenham sea uno de esos futbolistas 'poco defensivos' porque sus comienzos en White Heart Leane fueron como lateral izquierdo. Cierto es que el de Cardiff jugaba siempre con una gran mentalidad ofensiva, pero no menos cierto es que sabía defender bien.
Sin embargo, su fútbol fue evolucionando y ya con André Villas-Boas cambió hasta ser un segundo delantero al uso.
En el Real Madrid adoptó la posición de extremo la temporada pasada, pero lo hizo también con grandes partidos desde el punto de vista defensivo, como fueron la final de la Copa del Rey o los dos choques de semifinales de la Champions contra el Bayern de Múnich. Pero aquello ya parece cosa del pasado.
En lo que llevamos de temporada y pretemporada Bale parece más empeñado en disparar sus registros goleadores que en dar balance al equipo. Y eso, obvio, no gusta a un Carlo Ancelotti que, por ahora, recela de sentarle en el banquillo, aunque podría hacerlo en breve para volver a meter un cuarto centrocampista como sucedió frente al Elche.