
Fútbol y política rara vez van relacionados en lo que a sus protagonistas se refiere. Escasos son los jugadores que se pronuncian y dejan ver sus ideales, algo que ha vuelto a salir a la luz pública en las últimas semanas cuando se ha relacionado a futbolistas como Gerard Piqué o Xavi con las reivindicaciones de la consulta catalana.
Pero hay ejemplos mucho más claros y que han generado un enorme revuelo en el fútbol nacional. El más claro y reciente en esta línea es el del exbarcelonista (ya retirado) Oleguer Presas, popular por sus manifestaciones claras y contundentes en favor de una Cataluña independiente, algo similar a lo que hizo también en reiteradas ocasiones su compañero de La Masía Marc Crosas (actualmente en los Leones Negros de Guadalajara de la Liga Mexicana).
En una postura diferente, pero también opuesta al poder establecido, se encuentra Javi Poves, exjugador del Sporting de Gijón que fue calificado de "futbolista antisistema" por sus declaraciones en contra del mundo del balompié y el dinero que se mueve en el mismo. Tras unos años retirado recorriendo mundo y conociendo diversas culturas, esta temporada ha vuelto a jugar en el San Sebastián de los Reyes de tercera división.
Y yendo atrás en el tiempo, también se pueden encontrar ejemplos como el de Arconada, mito de la selección española, que renunciaba a portar las medias con los colores de la bandera nacional cuando actuaba con el combinado español, o Belauste, origen del término "furia española" en los años 20, cuyas vinculaciones con el nacionalismo vasco le llevaron a pronunciar un "muera España" en un mítin político.
Otra revindicación sonada fue la del derbi vasco de 1976. Cuando Real Sociedad y Athletic se enfrentaron en el antiguo estadio de Atocha, sus capitanes Iríbar y Kortabarria portaron una ikurriña (por entonces prohibida) que pudo acarrearles graves consecuencias. Finalmente no se tomaron acciones contra ellos, y un mes después, este símbolo pasaría a ser legal, en medio de los cambios políticos y sociales que atravesaba España en la época.
El ejemplo opuesto está en Salva Ballesta, un futbolista que siempre reconoció su amor por España y que en los numerosos equipos en los que actuó no dudó en celebrar sus tantos con gestos marciales y bélicos y en pronunciar declaraciones de gran controversia, además de jugar con unas botas con el lema 'Arriba España' inscrito en ellas.