
El inicio de la Champions League para Barça y Atlético de Madrid ha estado marcado por un denominador común en ambos equipos. Unos y otros han debutado en Europa con un arquero distinto al que lucen en la Liga española. Es la aplicación del método Ancelotti que tan buen resultado le dio al italiano en el Real Madrid la pasada temporada.
Y es que 'Carletto' llegó al Bernabéu con un asunto espinoso por delante. ¿Qué portero debería jugar? ¿Casillas o Diego López?
El entrenador decidió usar un método salomónico y usar a ambos, eso sí, con un reparto distinto al habitual. Si normalmente este tipo de rotaciones hacen que el portero de la Liga (considerado normalmente el titular) también juegue la Champions y el 'suplente', la Copa, él decidió que Diego López fuera sólo el arquero en el torneo de la regularidad e Iker Casillas, el de la Champions y la Copa.
Con este método, Ancelotti potenció la competitividad entre ambos porteros y, sobre todo, repartió galones entre uno y otro para que, de esta forma, se mantuviera el equilibrio en el vestuario y, consecuentemente, no estallasen los ánimos en la grada del Bernabéu como casualmente sí se ha producido este año con la titularidad absoluta de Casillas.
Sea como fuere, lo cierto es que los dos, Diego López y Casillas hicieron (más allá de fallos aislados de uno y otro) una gran temporada que permitió a los blancos mantenerse vivos en todas las competiciones y ganar dos de ellas.
Pues bien, ese método es el que ahora están empleando en el Barça y el Atlético Luis Enrique y Simeone respectivamente.
El primero sorprendió ante el Apoel Nicosia dando la titularidad a Ter Stegen. Claudio Bravo lo había jugado todo hasta la fecha y lo había hecho con mucha solvencia y seguridad. Sin embargo, el técnico asturiano decidió dar confianza al alemán y éste respondió con un gran partido.
Tuvo que intervenir sólo en un par de ocasiones, pero fueron claves para que el Barça mantuviera finalmente el 1-0 con el que logró sus primeros tres puntos en la Champions. Si nada cambia, Luis Enrique mantendrá esta rotación durante los próximos partidos de Liga y Champions.
Algo parecido ocurrirá con el Atlético de Madrid, si bien el resultado de la rotación rojiblanca no fue el mismo que del Barça. Oblak también debutó con los rojiblancos y lo hizo con no muy buen pie.
Su tardía reacción en el primer gol y la falta de puntería en los otros dos puso en entredicho su titularidad frente a la de un Moya que ha iniciado el curso liguero con un espectacular ritmo. De hecho, el mallorquín salvó al Atlético de Madrid en el derbi frente al Real Madrid. Unas cuantas estiradas épicas (especialmente una a tiro de falta de Bale), mantuvieron vivos a los del Calderón durante todo el encuentro.
Pese a ello, Simeone tiene intención de dar minutos a sus dos arqueros siguiendo el mismo patrón que usará Luis Enrique y que ya estrenó el año pasado Ancelotti para mantener las aguas tranquilas por el caso Casillas.