Fútbol

Diego López triunfa en Milán mientras Casillas continúa criticado en Madrid

Diego López en el momento de despejar el penalti | Reuters

No son buenos tiempos para el Real Madrid y, sobre todo, para su portero. Iker Casillas sigue sufriendo las consecuencias de la guerra civil abierta en torno a su persona desde que José Mourinho decidiera dejarle en el banquillo.

Ha pasado año y medio ya hora que el portero ha recuperado la titularidad, las críticas, lejos de disminuir, han arreciado. El examen es constante y su grado de exigencia, elevadísimo.

Anoche, tras perder frente a la Real Sociedad, el de Móstoles fue objeto de todo tipo de críticas por su actuación en los cuatro goles txuri-urdin y, especialmente por la pasividad que mostró en el cuarto, cuando Carlos Vela fusiló al arquero mientras éste mantenía la mano levantada para reclamar una mano que no era.

Aquel gesto fue la gota que colmó la paciencia de más de un madridista que la tomó con el portero. "¿El peor momento de mi carrera? No, no me siento en el peor momento de mi carrera", comentó Casillas a preguntas de Canal + nada más terminar el portero, preguntas de esas que hace dos campañas nadie se atrevía a hacer. Ahora el panorama ha cambiado. El portero está en constante tela de juicio.

Diego, héroe en Milán

Mientras, el que hasta hace poco era su principal enemigo en la meta blanca, Diego López, empieza a sonreír en su nuevo destino, el AC Milan.

El gallego abandonó la casa blanca derrotado, con la sensación de que finalmente tuvo que ser él quien cediera a las presiones del Real Madrid para dejar el Bernabéu después de que el fichaje de Keylor Navas dejara claro que o él o Casillas debían dejar el barco.

Por veteranía y peso en el equipo merengue fue Casillas quien se mantuvo en el Paseo de la Castellana. Dar el paso de la despedida fue duro para Diego López.

Sin embargo, y pese a ello, el portero se fue usando un tono educado y con la perspectiva de que la puerta que se le cerraba, la del Real Madrid, era una ocasión única para abrirse una nueva oportunidad en Italia. Allí, en San Siro, apenas necesitó unas horas para convertirse en ídolo.

Una condición que ayer por la tarde ratificó en su debut en el Calcio con la zamarra rossonera. Diego López cuajó un gran partido en el 3-1 local al Lazio. El arquero incluso se permitió el lujo de protagonizar la jugada del partido cuando paró un penalti lanzado con fuerza a su palo derecho.

La bola, rasa, parecía que se colaba dentro, pero los 196 centímetros del guardameta evitaron con un gesto felino que la pelota entrara entre palos. La afición milanista empezó a corear su nombre como muestra de que allí, en la Lombardía, el portero había hallado el remanso de paz que no encontró en Madrid, lugar ahora envenenado para Iker Casillas.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky