Di María ya es historia del Real Madrid. El argentino se ha convertido en nuevo jugador del Manchester United en una salida cargada de tensión entre ambas partes, entre futbolista y club blanco. Las acusaciones del argentino a la directiva del Real Madrid ("Siempre quisieron atribuirme la iniciativa de salir del club, pero no fue así") ha provocado la encendida reacción del Real Madrid y la filtración de algunos de los detalles acaecidos en los últimos meses en torno a este caso. El más importante, el referido a la oferta de renovación que el club llegó a ponerle sobre la mesa al jugador la pasada primavera.
En los últimos días el entorno de Di María ha afirmado que el Real Madrid le abrió las puertas de salida del Bernabéu al ponerle sugerirle una ampliación de contrato más que insuficiente que, lejos de ser una invitación a seguir, era una invitación a marcharse. Dicho de otro modo, Di María y los suyos creen que con la oferta de renovación del club le estaban dejando claro que no le querían. Que debía buscarse equipo.
Una versión que está lejos de ser como la que cuentan en el Paseo de la Castellana. El Real Madrid afirma que nada más acabar la final de la Champions League habló con su representante (perteneciente a la empresa de Jorge Mendes, el agente de Cristiano Ronaldo o de Mourinho entre otros) para cumplir los deseos del jugador.
Di María había solicitado a lo largo del año acercarse al salario de los mejores jugadores blancos y cobrar casi 6 millones de euros, esto es, el tercer escalón salarial por detrás de Bale y Cristiano Ronaldo (primer escalón) o de Benzema y Sergio Ramos (segundo escalón).
El Real Madrid accedió a los deseos del jugador y le ofreció seis millones de euros limpios por temporada (dos más que su salario actual), amén de una cantidad variable por rendimiento. El contrato del jugador se ampliaría en un año más y su cláusula también crecería.
Es decir, que el Real Madrid no le ofreció los cinco millones que decía el jugador, sino que llegó a darle seis. Además, desde el club blanco se insiste en que había opciones de negociar. Es decir, que la cantidad de seis millones no era inamovible. Se podría haber incrementado ligeramente siempre y cuando la actitud del jugador hubiera sido diferente.
Además, con esta oferta el club entiende que volvía a hacer una excepción con el jugador dándole la segunda renovación en sólo cuatro años (suelen ofrecerla sólo cuando falta un año para que acabe su contrato en vigor) y reconociendo, así, sus méritos en la temporada de la Décima.
Sin embargo, y pese a ello, Di María rechazó la oferta y lo hizo en términos gruesos que terminaron de provocar la ira blanca. El club retiró la propuesta y esperó que llegaran ofertas por el jugador, toda vez que sus directivos tenían claro que no regalarían al futbolista. Finalmente se han cumplido los deseos de ambas partes.
Di María pasará a cobrar ocho millones de euros y el club percibirá 75 más variables en lo que se ha transformado en la venta más cara de la historia del Real Madrid y el fichaje más caro en la historia de la Premier League.
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