
A día de hoy, Dani Alves es el enemigo número uno de la renovación del Barcelona de Luis Enrique. El lateral brasileño es el verso suelto del club blaugrana y su esperado lavado de cara. La directiva culé lo ha intentado por todos los medios, pero no ha sido capaz de venderle. Siga el mercado de fichajes de la temporada 2014-2015.
La paciencia ha colmado el vaso en la Ciudad Condal, y eso ha llevado a tomar una decisión en las altas esferas del club. Tal y como informa SPORT, se comunicará en breve a Dani Alves que debe buscarse un nuevo equipo. En vista de que no se ha encontrado un comprador, el Barcelona emplaza al jugador a encontrarlo él mismo si quiere jugar esta temporada.
Porque el brasileño ya no entra los planes deportivos del club. Se busca la contratación de Cuadrado, y se quiere evitar un agujero por el lado derecho. Alves ha bajado sus prestaciones en defensa. Ya no puede recuperar como lo hacía varios antes. Hasta Scolari le dejó en el banquillo en los últimos partidos de Brasil en su Mundial.
A pesar de los rumores que apuntaban a una salida, Dani Alves llegó a Barcelona asegurando que estaba dispuesto a continuar en el club. Algo que trastocó las intenciones del Barcelona, que contaba con su venta desde el inicio del verano.
Hay dos problemas de cara a la marcha de Alves. Una es que en este momento hay pocos equipos que puedan necesitar un lateral. Casi todos tienen la plaza cubierta, y hace pocos días uno de los que tenía la tarea pendiente, el PSG, se hacía con el prometedor Serge Aurier.
El otro problema es el de su alta ficha. El salario del jugador es cuantioso y asumible por pocos conjuntos. Si Alves quiere jugar a primer nivel esta temporada a punto de comenzar deberá bajar sus pretensiones económicas.
La pelota está en el tejado del jugador, pero el tiempo corre en su contra. Los equipos ya han mediado sus concentraciones y las plantillas comienzan a cerrarse poco a poco. El plazo termina el 31 de agosto y las opciones van disminuyendo a cada día que pasa.