
El FC Barcelona apenas ha comenzado la pretemporada (el sábado debutó con victoria por 0-1 frente al Recreativo de Huelva) y ya empieza a generar debates sobre cómo jugará el equipo culé. Uno de los principales apunta a una delantera saturada de efectivos en la que hombres como Deulofeu o Pedro apuntan a la suplencia reiterada y, por lo tanto, a un nuevo recital de caras largas y malas sensaciones.
Y decimos un nuevo recital porque ya el curso pasado la constantes ausencias del canario en el once e incluso la suplencia en algunos choques clave de Neymar generó más de una declaración altisonante y caras largas. En el caso del primero, de Pedro, fue el propio futbolista el que dejó claro que no estaba cómodo.
"¿Mi futuro? Ya veremos", dijo durante la concentración de España en el Mundial. Zubizarreta corrió pronto a arroparle. "Pedro es intransferible", comentó al tiempo que confirmaba que Alexis, el hombre que le había quitado el puesto, estaba a punto de salir del Barça.
Pese a ello, el club ha contratado a Luis Suárez. Se supone que el uruguayo será titular a partir de octubre, cuando se levante su sanción. Messi y Neymar deberían ser los otros dos delanteros de Luis Enrique. Ninguno de los dos asume bien descansar en el banco, aunque sea sólo para preservar su salud.
Así pues, el tridente blaugrana en ataque debería ser Neymar-Suárez-Messi. Pese a las palabras y mimos de Zubi, Pedro iría de nuevo al banquillo.
El quinto invitado
Y a todo esto llega el invitado inesperado. Deulofeu demostró en el Nuevo Colombino que no ha vuelto al Camp Nou para ser un acompañante más. Quiere un papel protagonista y lo quiere desde ya mismo. Su segunda parte contra el Recre fue de lo mejor del partido.
Su electricidad y desborde (algo que se echaba de menos en el Barça) han despertado titulares de elogio en la prensa catalana. Él afirma querer jugar y que luchará para lograrlo. No lo tendrá fácil con el trío de ataque culé y Pedro esperando en la segunda línea. Ni la ubicación de Messi en la medular, como arista ofensiva de un hipotético rombo, solucionaría este primer 'overbooking' en la era culé de Luis Enrique.