Fernando Hierro se convirtió ayer en la principal atracción del retorno del Real Madrid a la pretemporada. De hecho se podría decir que es su única cara nueva. Tras una primavera sin fichajes (Kroos será el primero), el ex jugador blanco, ahora asistente de Ancelotti, fue foco de las miradas merengues.
Ante las cámaras que lo seguían en Valdebebas, el malagueño apenas se ocultó. Se mostró dialogante con sus nuevos compañeros y, sobre todo, con algunos futbolistas.
Ésa será su primera misión. Si Zidane se convirtió en una suerte de psicólogo para buena parte de la plantilla (Cristiano, Isco o Illarramendi pasaron por su 'diván'), ahora le toca el turno a un veterano en estas lides. Hierro ejercerá, en parte, de animador de la 'tropa' merengue más necesitada de cariño.
Y es que a Hierro se le vio muy activo precisamente con los futbolistas que terminaron el pasado curso con mala cara por sus reiteradas suplencias. Especialmente cariñoso estuvo con el ya citado Illarra. Incluso llegó a cogerle la cara con las manos en un claro gesto de afecto.
El ex de la Real Sociedad pasó de ser un fichaje ilusionante hace doce meses a convertirse en un hombre tocado por la desgracia tras su tarde negra contra el Borussia Dortmund en la vuelta de cuartos de la Champions League. Ancelotti de hecho prefirió no usarlo ante el Atlético de Madrid en la final de Lisboa (Alonso era baja) por temor a que otra mala noche le terminara de arruinar el ánimo y lastrase para siempre su prometedora carrera.
Pese a aquel gesto, el Real Madrid sabe que el joven internacional español necesita cariño. Y Hierro se lo está dando en forma de consejos y confianza. De hecho, el malagueño vivió por una situación parecida. Él también llegó a Madrid muy joven y como mediocentro defensivo. Sus inicios no fueron fáciles, pero acabó brillando. El objetivo es que Illarra siga el mismo camino.
También se pudo ver a Hierro muy afectuoso con Isco. Cierto es que los dos son malagueños, pero también lo es que la presente campaña será clave en el asentamiento del de Arroyo de la miel como hombre básico en el esquema merengue. Algo que puede parecer complicado a día de hoy con la llegada de Kroos al Bernabéu.
Pese a ello, Ancelotti quiere que Isco ejerza el papel que se le suponía con su llegada. Le quiere fresco para un año largo en el que, además, el club deberá afrontar algunas competiciones más y la participación de futbolistas como él será básica. De ahí que lo necesite concentrado y competitivo, una misión de la que también se ocupará un Hierro que tiene experiencia en motivar a jugadores en grandes retos. Ya lo hizo con España en 2008 y 2010 y su aportación, aquellos días, se transformó como imprescindible para los éxitos de la 'Roja'.
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