
El Real Madrid quiere a Luis Suárez. No es el único. El Atlético de Madrid también le ha sondeado. Lógico. Su temporada de escándalo en la Premier League (compartirá Bota de Oro con Cristiano Ronaldo tras sus 31 dianas) le hace ser un jugador muy apetecible por cualquier grande de Europa.
El Liverpool lo sabe. Y por eso no le dejará salir. Ante todas las ofertas que lleguen por el delantero uruguayo, el cuadro de Anfield tiene preparada la misma respuesta: Luis no se vende. O dicho de otro modo, sólo se vende si se abona la cláusula de rescisión por la que el jugador quedaría libre.
¿De cuánto estamos hablando? Entre 90 y 100 millones de euros (según la fuente consultada).
Más allá de esta opción, no hay forma de que el crack charrúa deje Anfield Road y eso, hoy por hoy, supone un muro casi insuperable que hace que su fichaje por el Real Madrid se ponga muy cuesta arriba no tanto por la cifra en sí misma, sino por el método de pago que implica la activación de dicha cláusula de rescisión.
Al Real Madrid, en realidad, no le asusta tener que volver el mercado de fichajes y pagar una cantidad similar a la que ya pagó por Bale o Cristiano Ronaldo. En el club se insiste en que ambos jugadores han salido 'baratos'. Su rendimiento dentro y fuera de los terrenos de juego (en forma de réditos económicos) está más que contrastado. Con Luis Suárez ocurriría algo parecido.
El problema es que para verlo corretear por el Bernabéu se debería abonar la citada cifra de 100 millones de euros de una tacada, sin opciones a negociación para su abono en distintos plazos, como sí se hizo con los dos ejemplos antes citados.
Así, por ejemplo, Bale llegó a Madrid después de una durísima negociación por la cual el Real Madrid acordó un pago en cuatro partes de los citados 100 millones de euros, esto es, de casi 25 millones por año hasta 2016. En este caso, lo más complicado fue conseguir las garantías bancarias que exigía Daniel Levy, el presidente del Tottenham, ex equipo del 'Expreso de Gales'.
Con Cristiano Ronaldo no hubo tampoco pago de cláusula, aunque en su caso el Manchester United sí que recibió de una tacada los 96 millones que costó su incorporación. La diferencia con respecto a la actualidad es que entonces el club sí que encontró respaldo de los bancos para acometer esta operación. El cuadro merengue también aplazó el pago del crédito y abonó esta cifra (además de los 65 millones que costó Kaká) en diversas anualidades.
Ahora, sin embargo, el panorama es distinto por cuanto no existe la misma facilidad que existía en 2009 para encontrar formas de financiación o entidades que pongan el dinero que supondría fichar a Luis Suárez. De ahí que, aunque el Real Madrid disponga de una caja más que saneada con dinero fresco para acometer cualquier operación de forma inmediata, no sea tan sencillo desembolsar las cifras exigidas por el Liverpool.
Es por ello que los esfuerzos del Real Madrid de aquí a que acabe el mercado de fichajes se van a centrar en convencer al Liverpool para que el fichaje se produzca bajo la fórmula de un traspaso amistoso (con pago aplazado, por su puesto) y no tanto por la vía del abono de la cláusula, aunque en ambos casos la cantidad final a pagar sea parecida, esto es, los mencionados 90-100 millones de euros.
En cualquier caso, los blancos ya trabajan para buscar un plan alternativo a la llegada de Suárez. Mario Mandzukic, croata del Bayern de Múnich, es el favorito una vez que Joselu, ex canterano blanco, haya aceptado la oferta del Hannover para seguir jugando en la Bundesliga alemana