El FC Barcelona está a punto de abrir sus puertas de salida (si no lo ha hecho ya) a Cesc Fàbregas. El mediocampista culé abandonará el Camp Nou tres años después de haber regresado. Así se le escapó ayer a Piqué en una charla que fue 'cazada' por un micrófono indiscreto.
"Cesc se va ya. Está hecho por 33 millones", comentó el central al entrenador. Una confesión relevante por dos hechos. El primero, porque el jugador confiesa que el propio Cesc da por cerrada su marcha. El segundo, por el precio del fichaje.
Aunque en los últimos días se había rumoreado que Cesc se iría (presumiblemente al Chelsea) por 40 millones de euros, lo cierto es que la cifra definitiva será 33 millones. ¿Por qué una cantidad tan baja? ¿Por qué no aprovecha el Barça para sacar más beneficio de esta operación?
Lo cierto es que, aunque parezca mentira, el Barça no pierde dinero con la salida de Cesc por esta cuantía. En primer lugar, porque eso mismo fue lo que costó inicialmente su incorporación. Cuando el de Arenys retornó al club del que salió con 16 años lo hizo por una cantidad que rondaba los 33-34 millones de euros fijos.
Es verdad es que se fijaron unos variantes que rondaban los 6 millones de euros y que esos variantes eran de fácil cumplimiento (número de partidos, internacionalidades, títulos, participaciones con la selección española...), pero también es cierto que el fichaje de Cesc está amortizado en su mayor parte.
Teniendo en cuenta que el jugador firmó por cinco temporadas y que le quedaban sólo dos para quedar libre, esto es, la que va a empezar ahora y otra más, lo cierto es que el precio del jugador, según la previsión blaugrana, no debería ser mayor a los 20-25 millones.
Así pues, el Barça recuperará al menos la inversión realizada inicialmente por un jugador que, aunque criticado, no ha dado un rendimiento tan malo como se intuyen de los pitos con los que la afición culé le ha despedido en los últimos partidos. Sus números hablan por sí mismos: Ha logrado 42 goles y 45 asistencias en 151 encuentros.
Además, no se descarta que la confesión de Piqué se refiera a la cantidad fija y que, más tarde, se desvelen variantes que eleven la cifra definitiva a más millones de euros.
Para colmo, el club consigue ingresar algo por su despedida. Si Cesc se hubiera quedado una campaña más, se habría visto obligado a 'regalarlo' la temporada siguiente para que el jugador no pudiera irse libre ya en 2016.
Por lo tanto, y según la perspectiva del Barça, la venta de Fàbregas no será tan mal negocio, más si cabe teniendo en cuenta precedentes como el de Villa, por el que el Barça apenas ingresó 3 millones de euros después de haber invertido unos 42 en su incorporación.
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