Fútbol

El problema de Cesc Fàbregas en el Barça se llama Leo Messi

Cesc y Messi celebran un gol a la Real Sociedad | Reuters

Cesc Fàbregas está viviendo sus últimas horas como jugador del FC Barcelona. En las próximas semanas (puede que incluso antes de que comience el Mundial de Brasil) se anunciará su salida del Camp Nou para jugar, de nuevo en la Premier. El Chelsea parece que será su destino, aunque el Bayern de Guardiola se ha unido a una puja con 'novias' potentes como el Manchester City o el Manchester United.

En cualquier caso, el de Arenys volverá a dejar el club de sus amores por segunda vez a sus apenas 27 años de edad. Una marcha que viene impulsada por factores como su divorcio con la grada, su falta de sintonía con los dirigentes o el deseo de su familia de volver a Londres. Sin embargo, y más allá de estos elementos, hay un principal responsable en la salida del jugador. Se trata de Leo Messi.

Y no sería la primera vez que Messi fuerza la salida de un futbolista. En algunos casos ha promovido de forma activa estas bajas. Sucedió con Zlatan Ibrahimovic o con David Villa.

En el caso del primero, su lucha de egos (y por ocupar la posición de delantero centro) acabó con el sueco en Milan. En el caso del segundo, brotaron malos rollos que forzaron la despedida del asturiano.

Sin embargo, en esta ocasión el panorama es distinto. Messi no tiene ningún problema personal o deportivo con Cesc. Más al contrario. Son buenos amigos desde hace tiempo (jugaron juntos en aquel mítico equipo cadete que entrenó Tito Vilanova) y sus parejas, comparten una profunda relación que les hace coincidir en múltiples actos privados y públicos.

Pese a ello, pese a ese buen rollo y sintonía, la presencia de Messi en el mismo equipo de Cesc sigue suponiendo un inconveniente para el de Arenys por una cuestión táctica que, hoy por hoy, resulta irresoluble. Es decir, que es Fàbregas el que tiene un problema con el argentino o, para ser más precisos, con la posición que ocupa en este Barça. El puesto de falso 9 que ocupa desde hace un puñado de temporadas Messi es la posición que le gustaría ocupar a Cesc, ésa donde brilla en la Selección Española y en la misma donde se convirtió en un jugador 'top' cuando vestía la camiseta del Arsenal.

Porque a Fàbregas le gusta el caos bien entendido. Es en la libertad de la mediapunta donde desarrolla de mejor manera sus cualidades, ésas que le convierten en un jugador poderoso y peligroso, con gol y también capacidad para generar ocasiones para sus compañeros. Sin embargo, en el Barça jamás ha podido ocupar este puesto o, al menos, hacerlo de manera continuada, como costumbre.

Cuando aterrizó de nuevo en el Camp Nou de la mano de Guardiola, Pep cambió el sistema a un 3-4-3 para que Cesc pudiera desarrollar sus virtudes por delante de Busquets, Xavi e Iniesta y detrás de Messi. La fórmula, con todo, no funcionó. El Barça mutó su dibujo otra vez al 4-3-3 con Iniesta de extremo izquierdo y Cesc de interior creativo, pero también sacrificado. Fue ahí cuando su rendimiento empezó a bajar. Las tareas defensivas y tácticas que le exigía Guardiola no le gustaban y el 4 acabó siendo un suplente habitual.

Luego llegó Tito Vilanova. Su ex entrenador le devolvió a la posición de falso nueve, con Messi ejerciendo de compañero en un intercambio constante de posiciones. Por momentos era Leo el que jugaba arriba, por momentos caía al mediocampo para que Fàbregas se quedara libre en la delantera. La fórmula volvió a dar frutos, pero sólo en el inicio. A mitad de temporada, Messi manifestó su deseo por volver a jugar como único delantero. Cesc volvió a ser el sacrificado.

Ya con Martino en el banco, el trabajo de Cesc empezó a ser más secundario si cabe que con Tito y Pep. Aunque el 'Tata' probó a volcar a Messi al extremo derecho, el encargado de ocupar la posición de nueve no fue Cesc, sino Alexis. Fàbregas quedó relegado al puesto de sustituto de Xavi. Lo hizo bien (sobre todo en el tramo final de Liga) pero no fue suficiente para ganarse el favor del Camp Nou.

Ahora con Luis Enrique el futbolista tiene la percepción de que será más complicado que nunca jugar como falso delantero. De hecho, el asturiano está apostando por contratar a un nueve de verdad (Agüero es el más deseado) para ocupar este puesto cuando sea necesario un plan B.

Así pues, y ante la imposibilidad de ocupar la posición que a él le gusta, esa en la que Messi más brilla, Fàbregas ha decidido hacer las maletas para encontrar ese rol en otros equipos y una liga, la Premier, donde más rendimiento a sacado a esta posición.

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