Por Julien Pretot
PARIS, 5 may (Reuters) - Cuatro años después de haber padecido la vergüenza en Sudáfrica, la selección francesa de fútbol recuperó la credibilidad y puede contemplar de modo realista la idea de dar un gran golpe en el Mundial que comienza en pocas semanas.
En 2010, los seleccionados galos hicieron una huelga en apoyo de Nicolas Anelka, que había sido separado de la plantilla por insultar al entrenador Raymond Domenech en pleno Mundial. Más tarde, el equipo fue eliminado en primera ronda.
Laurent Blanc asumió el puesto de seleccionador y llevó al equipo a los cuartos de final de la Eurocopa 2012, pero los problemas fuera del campo reaparecieron y los futbolistas franceses fueron criticados por su comportamiento infantil.
No obstante, el nuevo entrenador Didier Deschamps tardó menos de dos años en transformar la plantilla y su imagen.
"Pueden llegar lejos", dijo el exdelantero francés Youri Djorkaeff, campeón del mundo en 1998. "Ganar el Mundial puede ser complicado, pero creo que han recuperado el entusiasmo, el deseo, la estabilidad, y eso puede ayudarlos a superar la fase de grupos y desafiar a los mejores equipos".
Francia, que compartirá el Grupo E con Suiza, Honduras y Ecuador, debería ganar en la primera fase. Desde 1998, el errático equipo galo llegó a la final en 2006 pero no ganó ni en 2002 y 2010.
Si el patrón se repite, Francia debería llegar a la final en esta edición, aunque clasificarse para semifinales sería un objetivo más realista.
PUNTO DE INFLEXIÓN
Su campaña en la fase de clasificación resumió la doble personalidad que suele mostrar Francia. Tras una serie de partidos en los que generaron dudas, la repesca contra Ucrania resultó ser el punto de inflexión.
La fase previa fue decepcionante, pero la victoria en la repesca dejó la sensación de un mejor futuro, y la afición finalmente respaldó a su equipo sin reservas.
Tras una derrota por 2-0 en Kiev, Deschamps dejó fuera del equipo al defensa Eric Abidal y al centrocampista Samir Nasri en el partido de vuelta.
Francia jugó con mucha personalidad y dio la vuelta a la eliminatoria con dos goles del defensa Mamadou Sakho y uno del cuestionado Karim Benzema para obtener su billete a Brasil.
"Pasó algo fuerte. La mayoría de ellos no tenían buenos recuerdos con Francia", dijo Deschamps. "Ahora es parte de su historia, esto cambia muchas cosas".
El diario deportivo L'Equipe, que tras la derrota en la ida de la repesca preguntó en su portada si Francia era el "peor equipo" de la historia, cambió su postura y tras el encuentro de vuelta tituló "Respeto".
De ser un equipo sin dirección clara dentro del terreno de juego, Francia pasó a confiar en un centro del campo estable formado por Yohan Cabaye, Paul Pogba y Blaise Matuidi, que funciona como soporte perfecto para el trío ofensivo que forman Mathieu Valbuena, Franck Ribéry y Benzema.
Ribéry, uno de los jugadores sancionados tras el escándalo de Sudáfrica, no pudo brillar en la Eurocopa 2012, pero desde entonces ha destacado tanto dentro como fuera de la cancha.
Benzema atravesó una sequía goleadora que le valió incontables críticas en su país, pero Deschamps mantuvo la fe en él. El delantero del Real Madrid devolvió esa confianza con buenas actuaciones y goles para Francia.
El delantero de 26 años, que hizo olvidar las peticiones de que Olivier Giroud fuese el delantero centro titular, ha marcado cuatro goles en sus últimos cinco partidos con "les bleus".
El resurgimiento de Francia se ha producido a expensas de jugadores prometedores como Hatem Ben Arfa y Nasri. Este último probablemente ha pagado por su reputación de problemático.
Francia ya se está preparando para la Eurocopa 2016 como local.
Jóvenes como el defensa Raphaël Varane y el centrocampista Pogba están demostrando en el Real Madrid y la Juventus que tienen lo que se necesita para sacar adelante al equipo.
