
Chelsea y Atlético de Madrid empataron anoche a cero en la ida de las semifinales de la Champions League. El partido estuvo marcado por el intenso sistema defensivo que desplegó el conjunto inglés. Un método que para muchos aficionados fue muy similar al que desplegó Simeone en la ida de cuartos de final ante el Barça.
Sin embargo, mientras que el Chelsea ha recibido muchas críticas desde los medios por jugar como lo hizo en el Calderón, el Atlético fue aclamado por saber meter mano al cuadro culé.
¿Qué diferencia hay entre un sistema y otro? Seis son los principales matices que inclinan la balanza en beneficio del técnico del rojiblanco y en contra del preparador 'blue'.
1.- Diferencia de plantillas
La primera divergencia entre ambos equipos es la que apunta directamente a la confección de ambas plantillas. Por decirlo de otro modo, mientras que el Atlético de Madrid tiene que sobrevivir (y bien que lo hace) con un equipo presupuestaria y deportivamente limitado y sin grandes figuras ofensivas, el Chelsea acumula en su equipo hombres de sobra para jugar a algo distinto que a encerrarse en su campo propio.
Es cierto que anoche Mourinho tenía un buen puñado de bajas. Sin embargo, y pese a ello, el resto de los disponible podría haber dibujado un once que bien podría haber sido más creativo y temible en ataque. A saber, futbolistas como Óscar (tocado, pero disponible), Schürrle o Ba podrían haber salido de inicio y con ellos, el aspecto del Chelsea habría sido mucho más temible.
Mientras, el Atlético de Madrid, en el Camp Nou, apenas tenía hombres de corte atacante en su banco. Sin ánimo de ofender en la comparación, Diego, Sosa y el Cebolla Rodríguez fue toda su artillería pesada, artillería de la que tuvo que tirar el Cholo cuando Costa se lesionó.
2.- El estilo de las alineaciones
Pese al argumento anterior, las alineaciones de uno y otro equipo estuvieron tejidas por un corte diferente. El Atlético de Madrid saltó al Camp Nou con dos laterales de largo recorrido (Filipe Luis y Juanfran) dos interiores creativos (Arda y Koke) y dos delanteros centro (Diego Costa y Villa).
El Chelsea, por su parte, formó con un sólo lateral ofensivo (Azpilicueta), un trivote en el que se incrustó un central (David Luiz) y un solo delantero centro (Fernando Torres).
3.- Los rivales
Otra diferencia notable es la que apunta al rival que tenían enfrente uno y otro equipo. No es igual jugar frente a un Barça volcado constantemente en la portería contraria, que contra un Atlético de Madrid que habitualmente replegado y menos propenso a buscar la portería rival.
Para colmo, las defensas de ambos rivales no son las mismas. Atacar al Atlético a la contra (como hizo el Chelsea) es casi una misión imposible dada la capacidad rojiblanca para cerrar todas las líneas posibles, más si el contrario, como ocurrió con el Chelsea, apenas ataca con dos jugadores. Sin embargo, en el caso del Barça, sus problemas atrás invitaban a pensar que el contragolpe era la forma más adecuada para hacer daño a su deteriorada formación defensiva.
4.- La presión en la salida
Si nos dirigimos directamente a la manera cómo jugaron ambos equipos en uno y otro partido, descubrimos que el método fue distinto, por ejemplo, durante el tramo inicial de cada choque.
En el Camp Nou el Atlético de Madrid presionó la salida del balón del Barça e incluso forzó un puñado de errores entre los zagueros, errores que provocaron un buen número de ocasiones a favor de los rojiblancos (especialmente clara una de Villa tras mal despeje de Pinto).
En el caso del Chelsea, sin embargo, esa presión en campo contrario fue inexistente. Los 'blues' se limitaron a buscar el robo, eso sí, en su propia zona de creación para, con balones en largo, tratar de aprovechar la velocidad de Torres, William y Ramires.
5.- Ocasiones de gol
También hay notables diferencias en las ocasiones de gol que generaron ambas escuadras. El Atlético de Madrid pudo marcar dos o tres goles en los primeros 20 minutos del partido del Camp Nou, donde fue superior al Barça hasta que Diego Costa se lesionó.
El Chelsea, por su parte, apenas generó peligro durante todo el choque salvo un puñado de lanzamientos lejanos y algún córner o falta en la frontal que no llegó a poner en serios apuros a Courtois.
6.- Acumulación frente a apoyos
Tampoco fueron iguales los movimientos defensivos del Atlético de Madrid que los del Chelsea. Cuando los rojiblancos se replegaban frente al Barça, lo hacían con un 4-4-1-1 en el que los apoyos entre jugadores eran clave, toda vez que el Barça no se dedicó a colgar balones en largo, sino que intentó hacer cambios rápidos de juego, especialmente en la segunda parte y desde el costado izquierdo, donde Neymar e Iniesta fueron una pesadilla constante.
Fue ahí donde jugadores como Juanfran, Koke, Diego, Mario Suárez o Gabi se dedicaron a cortar las líneas de pases contrarios sin retrasar su posición. Es decir, que los rojiblancos no entraron en la tentación de defender dentro del área y se mantuvieron firmes un puñado de metros más allá de la frontal.
El Chelsea, por el contrario, usó un método mucho más replegado, con un 4-5-1 en el que Torres era un verso suelto en su ataque y en el que, más que buscarse los apoyos defensivos, se abusó de la acumulación de hombres dentro del área, donde el Atlético pecó de inocente tratando de sacar rendimientos con tiros lejanos y balones colgados a la espalda de los laterales 'blues'.