
Ante el Barcelona, el Atlético de Madrid hizo uno de sus mejores partidos y logró una clasificación histórica a semifinales de Champions. Una actuación para recordar que tiene como uno de sus máximos artífices al entrenador colchonero. Para ello, motivó a sus jugadores de una manera muy peculiar.
Contra todo pronóstico, el Cholo se decantó por la parquedad en detalles. Nada de charlas especiales ni de actos fuera de lo ordinario. Simplemente, hizo saber a sus jugadores que esperaba lo máximo de ellos. Bajo esta engañosamente simple premisa, se esconde algo mucho más profundo: el grado de entendimiento entre entrenador y plantilla.
Este arma utilizó el argentino para centrarse en lo verdaderamente importante: repasar concienzudamente y de forma personalizada cada una de las labores de sus hombres. Con la idea clara de su cometido, el Atlético funcionó como un ejército bien organizado.
La ayuda del Calderón
Pero en esta motivación, el Cholo no estuvo solo. Sabedor de la importancia del encuentro, el entrenador animó a la afición a reventar el estadio en las ruedas de prensa a lo largo de la semana. El ambiente de 'cita grande' que se vivió en el estadio tuvo el efecto que Simeone deseó: los jugadores salieron al campo como si fuese el partido de sus vidas.
El resultado de este conglomerado fue un éxito para el Cholo. Un nuevo tanto a favor del argentino, que ya se ha especializado en diferentes tácticas de motivación. Por ejemplo, hace unos días consiguió que sus jugadores recibieran una charla de la víctima de ETA Irene Villa tras la cual el equipo consiguió tres puntos vitales para la Liga en el nuevo San Mamés.