
Este mediodía, a las 12:00, empezará en Nyon, Suiza, el sorteo para las semifinales de la Champions League. Y como en todas las ocasiones en las que la UEFA celebra una cita de este tipo, emergen al calor de la desconfianza cientos de teorías de la conspiración que hablan de amaños para conseguir los emparejamientos que interesan al organismo que dirige Michel Platini. Esta temporada, como era de esperar, no ha sido menos y las historias que hablan de un sorteo trucado han emergido con fuerza.
La pregunta es, ¿qué hay de cierto en esta desconfianza? Parece que poco. En primer lugar, porque parece complicado demostrar nada y porque muchos de los que elevan la voz clamando por la impureza del sorteo quedan en evidencia por ellos mismos.
Así, por ejemplo, esta temporada las redes sociales han tenido un elevado protagonismo en esta paranoia del amaño. Un puñado de cuentas de Twitter desvelaron, por ejemplo, que los emparejamientos de cuarto estaban trucados. Una historieta impactante de no ser porque estas cuentas sí que en verdad estaban trucadas.
Usuarios de Twitter demostraron la trampa de estas denuncias. Sus gestores creaban perfiles falsos y privados (es decir, en los que nadie puede ver qué se escribe) para 'tuitear' todos los resultados posibles y, tras conocerse los emparejamientos reales, borrar los mensajes que daban enfrentamientos incorrectos y dejar sólo los que 'vaticinaban' como amañados.
Los trucos de la UEFA
Más allá de estas versiones, también han surgido voces más o menos autorizadas que han afirmado que la UEFA tiene trucos para amañar los sorteos.
Así, por ejemplo, el curso pasado un ex árbitro turco, Ahmet Çakar, afirmó que el organismo tiene un mecanismo que permite a las bolas vibrar en función de los deseos de la UEFA, de tal manera que la mano 'inocente' que se introduce en el bombo sabe cuál coge en función de si vibra o no. El ex colegiado probó el sistema en directo en un programa de televisión y el método funcionó.
Esta temporada voces anónimas en la red han afirmado que Figo, encargado de sacar las bolas esta temporada por aquello de que la final se juega en Lisboa, se sigue por un método parecido para escoger las bolas.
Y todo con un único objetivo: que la gran cita la jueguen Real Madrid y Bayen de Múnich por aquello de ser los favoritos y de que el vigente Balón de Oro, Cristiano Ronaldo, jugaría la gran cita en su ciudad, Lisboa. Pero nada, insistimos, nada han aportado estas voces para demostrar que, efectivamente, había bolas calientes o algo que se le parezca.
Las bolas calientes existen
O al menos existieron hasta hace no mucho tiempo y eran, además, una norma común en los sorteos de la UEFA.
Paco Aguilar, el periodista del Mundo Deportivo que vota en España para la elección del Balón de Oro, confirmó que hace décadas el organismo europeo tenía por costumbre amañar los sorteos y que, en verdad, se hizo casi de manera ininterrumpida entre 1972 y 1983.
Este método consistía en calentar de alguna manera algunas de las bolas y otras no, para que, de este modo, se evitaran emparejamientos incómodos.
Un método del que también se ha llegado a acusar a la mismísima FIFA durante el último sorteo del Mundial de Brasil. E incluso se han aportado vídeos, eso sí, con más sospechas que certezas.