Dani Alves sigue dando una de cal y otra de arena. El futbolista brasileño completó, ante el Manchester City, tanto en la ida como en la vuelta de los octavos de final de la Champions, una de sus mejores actuaciones desde que aterrizó en Barcelona. Sus dos goles a los ingleses, con todo, no han frenado las críticas que está recibiendo en los últimos tiempos. Críticas que afectan también a lo extradeportivo y a sus propios compañeros. El vestuario culé empieza a estar un poco cansado de él.
Cuenta hoy el diario As que la celebración del tanto anotado el miércoles no ha sentado nada bien en la plantilla. El jugador se encaró con la grada y reclamó que animara más. Luego afirmó que era, en verdad, un baile del cantante Pitbull.
Sin embargo, y pese a esta explicación, nadie en el vestuario culé le creyó. De hecho, pesos pesados del equipo le abroncaron por ambos conceptos, tanto por el baile en cuestión como por encararse con la grada.
No es la primera vez que Alves recibe este tipo de broncas. Este año también recibió la reprimenda privada por bailar con Neymar cuando éste marcó el 6º gol al Rayo Vallecano. Un gesto que recordó a la bronca (esta vez pública) que Puyol le dio en el césped de Vallecas a él y a Thiago Alcántara por festejar bailando también el gol que supuso el 0-7 al conjunto franjirrojo hace ya tres temporadas.
Entre tanto, él sigue lanzando mensajes hacia el público. "Si no animan quizá es que no son tan culés como dicen", llegó a afirmar en otro mensaje de esos que los capitanes rechazan por ser innecesarios y no ayudar al clima tenso que últimamente rodea al Barça. Mientras, Alves sigue desoyendo este tipo de consejos y más de una voz autorizada en el club cree que su cercanía a Neymar está siendo una mala influencia en la adaptación del brasileño a la Ciudad Condal.
Entidades
Seis patinazos