
Diego Costa ya es jugador de la Selección Española. Desde hace meses el hispano-brasileño se considera un futbolista más de la Roja. Fue su reunión con Del Bosque y su renuncia a jugar con su país lo que le convirtió en uno más de los campeones del mundo, pero la convocatoria definitiva y su estreno con el grupo ha tardado en llegar hasta esta semana, momento en el que debutará ante Italia.
Un aterrizaje que viene precedido de mil y un movimientos para que el delantero del Atlético de Madrid no tenga problemas en su adaptación.
De hecho, esa primera reunión con el seleccionador buscaba no sólo conocer sus deseos sobre la opción de jugar con España, sino también profundizar en cómo el grupo le aceptaría. Esa fue una de las primeras dudas que le planteó al entrenador y Del Bosque fue sincero: no habría problema, aunque tendrían que ser los jugadores los que decidieran.
Fue entonces cuando Costa consultó a David Villa y éste empezó a ejercer de intermediario entre su compañero en el Calderón y sus compañeros con España. El 'Guaje' fue el primero en confirmar que, por su parte, no habría problemas. Después consultó con el resto de pesos pesados del vestuario y todos inclinaron su respuesta en la misma dirección: no habría problema.
Unas consultas en las que los contactos con los jugadores del Real Madrid fueron clave. Sus roces con los madridistas en temporadas anteriores hacía temer a Diego Costa un posible rechazo frontal. Fue entonces cuando Sergio Ramos, el hombre con quien más veces se había 'picado' incluso en su etapa como rayista, decidió dar un paso al frente y no sólo dio luz verde a su inclusión en España desde el aspecto de la convivencia, sino que decidió convertirse en su principal protector.
En los últimos derbis el de Camas ha tenido enfrentamientos con el delantero pero en todos y cada uno de ellos el final de los enfrentamientos han terminado con gestos de cariño del madridista hacia el rojiblanco. Después, en zona mixta, el andaluz ha defendido al ariete y ha insistido en que es un "privilegio" contar con un jugador como Diego Costa.
Ayer, en el primer día de concentración de Diego con sus nuevos compañeros, Sergio Ramos se adelantó a Iker Casillas y ejerció de capitán arropando y apoyando a su nuevo compañero con mil y un gestos de cariño ante las cámaras y fuera de ellas. Él y sus compañeros en el Atlético (amén de Thiago, también hispano-brasileño) completaron el grupo de 'bienvenida'.
Aunque Costa grabó un anuncio con la presencia de Casillas, parece que el portero y capitán de 'La Roja' ha decidido ceder su testigo a Ramos (otro de los capitanes de facto del combinado nacional) en el proceso de adaptación del nuevo delantero de España a esta aventura que tendrá en Brasil su gran reto.