El Real Madrid venció este miércoles al Schalke por un rotundo 1-6 en la ida de los octavos de final de la Champions League. Un resultado histórico plagado de goles que, con todo, podría haber sido distinto de no haber sido por un hombre: Iker Casillas.
El portero del Real Madrid logró la que podría ser una de las paradas de la temporada con 0-1 en el marcador. Lo hizo, además, apenas un puñado de segundos después de que Benzema hiciera el primer tanto de los blancos.
"La acción de Casillas ha sido determinante", comentó Cristiano Ronaldo sabedor de que una rápida reacción de los alemanes podría haber minado la moral de los merengues en una tierra, Alemania donde sólo habían ganado una vez antes de del paseo que supuso este partido por el Veltins Arena.
La jugada que acabó con esta gran parada comenzó en la banda derecha del Schalke. Un balón bombeado desde la derecha acabó rechazado por la zaga blanca y fue a caer, suave, perfecto, a los pies de Draxler. El mediapunta germano engatilló la pelota a media altura apenas a un metro del área pequeña.
Tuvo que acomodar el cuerpo, pero el remate era bueno. Parecía un gol cantado hasta que emergió Casillas para sacar la pelota con el cuerpo. El de Móstoles se tiró y, fruto de sus reflejos, mandó la pelota lejos de la portería. En el rechace posterior, el esférico acabó en las nubes.
Draxler no se lo podía creer. Había fallado uno de los que parecía goles más sencillos de su carrera. Pero delante estaba Casillas, un hombre acostumbrado a hacer este tipo de paradas.
Ya contra el Sevilla protagonizó dos acciones de este tipo. Una, en la campaña 2008-2009 cuando le sacó a Perotti una mano más complicada que la de anoche. Un año después fue Manu del Moral, también del Sevilla, el que repitió frustración en una jugada calcada a la que le sacó al argentino.
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