
El Manchester City - Barça (victoria 0-2 para los culés) estuvo marcado por una acción. En el minuto 52 de partido Demichelis derribó a Messi y el colegiado del encuentro, el sueco Jonas Eriksson decidió que la acción era merecedora de ser penalti y expulsión del zaguero argentino.
Que la acción era merecedora de roja es evidente. Con el reglamento en la mano, Demichelis era el último hombre de la zaga 'blue' entre Messi y Heart. El próximo curso la norma cambiará y este tipo de acciones serán penadas con amarilla, pero en este caso, con el código aún vigente, el ex del Málaga debía irse a la caseta.
Las dudas llegan, así pues, sobre si la acción fue penalti o no. Y tanto sobre si fue falta (que lo fue) sino sobre si ésta se produjo dentro o fuera del área.
Las imágenes muestran de manera evidente como el primer contacto se produce fuera, pero la inercia hace que el derribo definitivo se produzca dentro del área. La mayoría de los críticos con Eriksson afirman que no debió ser penalti porque el contacto real se produce no en la zona de castigo.
Sin embargo, tal y como fija el reglamento de la FIFA desde hace casi una década, en este tipo de acciones que empiezan fuera del área y terminan dentro, el colegiado está obligado a pitar penalti siempre y cuando no sea una acción que se inicia demasiado lejos del área, como un agarrón o similar.
Aquí la diferencia es escasa. Además, la pierna de Demichelis sigue trabando a Messi cuando éste se encuentra aún dentro del área (tal y como muestra la siguiente secuencia de la agencia Reuters). Así pues, y con la norma en la mano, el penalti estuvo bien pitado.