
Francisco Alarcón, conocido por todos como Isco, no está pasando por un buen momento ni deportivo, ni anímico. Es lógico. Por segunda vez en lo que llevamos de temporada, el malagueño se ha visto relegado a un segundo plano (o tercero, según se mire) en el Real Madrid.
Una situación que parecía imposible a principios de temporada, pero que ha terminado convirtiéndose en su habitual rutina. Carlo Ancelotti no cuenta con él ni siquiera para los cambios y la esperanza de disputar algún minuto, por ahora, parece un lujo para este mediapunta que ha pasado de maravillar al Bernabéu, a calentar los asientos de su banquillo jornada tras jornada.
De hecho su ritmo de apariciones con los blancos ha descendido hasta ser casi anecdótico. Con sólo 7 minutos jugados en los últimos tres partido oficiales, se podría decir que Isco está ahora mismo por detrás de futbolistas que, a priori, parecían estar llamados a ser menos trascendentes que él como Morata, Jesé o Illarramendi. Un panorama que, lejos de cambiar, va camino de perpetuarse durante los próximos encuentros merengues.
Así lo dejó entrever ayer en sala de prensa un Ancelotti que, además, reveló que el jugador no anda precisamente feliz con sus decisiones. "Es lógico que Isco esté enfadado, pero yo no estoy aquí para hacer feliz a un jugador, sino para elegir lo que es mejor para el Real Madrid", añadió.
La pizarra le condena
¿Qué ha pasado? ¿Por qué Isco ya no juega? Más allá de su bajón personal, varias son las razones que explican una ausencia que tiene en la pizarra del propio italiano el origen fundamental de su sequía. El cambio de sistema del 4-2-3-1 al 4-3-3 que ahora usa el preparador ha terminado de matar las opciones de Isco de ser titular.
Antes, con el primer modelo mencionado, el malagueño ejercía de mediapunta por detrás de Benzema y con Alonso y Modric de escuderos.
Sin embargo, el buen momento de forma de Jesé y la necesidad de meter a Bale en el equipo cuando está disponible han hecho que el italiano vuelva al 4-3-3. Con este dibujo ambos jugador, tanto el galés como el canario, se sienten más cómodos, toda vez que ocupan posiciones de extremos puros.
Ello exige la presencia de tres medios, con Alonso de pivote y dos interiores. Uno de ellos es un Modric que, a base de exhibiciones al más puro estilo Iniesta o Xavi, se ha ganado ser un fijo sí o sí.
El otro podría ser Isco, pero a Ancelotti ya no le cononvence ahí la presencia del español. Prefiere jugadores más sacrificados que, además, dejen muestras de clase, como es el caso de Di María. El argentino está jugando en ese puesto, lo que ha relegado a Isco a ejercer de falso delantero en algún partido. El experimento, sin embargo, no ha salido demasiado bien.
Por eso Isco ya no juega. Sus posibles salidas al equipo titular parecen tapadas y con ello, sus opciones de jugar minutos que pudieran darle, incluso, esperanzas para estar en el Mundial de Brasil.
Si el panorama no cambia, la apuesta española de Florentino Pérez el pasado verano no jugará demasiado de aquí a final de campaña. Por eso no se descarta una salida en forma de traspaso o cesión.
Conjuntos como el Manchester United o el Manchester City estarían encantados de tenerle en sus filas, algo que parece complicado, pero no imposible si se tiene en cuenta que ambas entidades estarían dispuestas a poner el dinero que costó su fichaje y que el jugador quiere tener minutos para no cortar su evolución tras dos temporadas magníficas en el Málaga.