Fútbol

Un fantasma blanco llamado Isco

Isco recibe el balón de espaldas, rodeado de rivales | EFE

A Ancelotti le gusta experimentar. Sus sistemas tácticos no son fijos, sino que el técnico rota. En esta temporada, con el Real Madrid, ha probado multitud de sistemas. En ocasiones por necesidad, como cuando Khedira se rompió la rodilla. En otras, por puro buscar alternativas nuevas que dieran soluciones a su equipo.

En este último apartado hay que englobar la última modificación del italiano. Una modificación que afecta directamente a un hombre perdido en el esquema blanco. Isco alarcón está 'sufriendo' las consecuencias de jugar en un puesto que no es el suyo.

Porque Ancelotti ha decidido que el malagueño debe ejercer de nueve y no de mediapunta o interior, como a él le gusta. El resultado, por ahora, no está siendo el deseado. Más bien está provocando que el 23 sea una suerte de fantasma que pulula por el césped del Bernabéu sin saber muy bien hacia donde va o qué debe hacer.

Anoche, ante el Espanyol, fue titular y salió en lugar de Benzema, lo que también, por cierto, obligó a la suplencia del supuesto nueve de recambio, Álvaro Morata.

Sea como fuere, Isco no tuvo su noche. Lejos de la portería, el objetivo que parecía haberle inculcado era el de recibir lejos de la posición de nueve puro para crear espacios a sus espalda y así darle huecos a Jesé o Cristiano Ronaldo. Pero Isco no sabe jugar de espaldas. Sufre cuando la bola le cae en los pies y no puede encarar al rival. Necesita girar, amagar o fintar desde una posición que no le gusta. Además, sin esa capacidad para jugar en carrera, pierde la opción de dar los pases de gol que acostumbra.

Si se tiene en cuenta que lo suyo tampoco es el remate a puerta (aunque es un jugador con gol) el resultado es que se siente más perdido que nunca y su rendimiento, lejos de mejorar, empeora.

Los datos lo demuestran. Frente a los 'pericos', Isco jugó 80 minutos y sólo remató una vez, eso sí, lejos de portería. Perdió doce balones y sólo recuperó uno. Recibió seis faltas e hizo dos. No son números de killer.

El malagueño parecía estar recuperando su mejor versión hasta que la entrada de Di María en la mediapunta ahogó sus opciones. Ancelotti trató de darle espacio con este nuevo puesto, pero, por ahora, la fórmula no ha funcionado como ambas partes quisieran.

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