
Josep María Bartomeu apenas lleva cuatro días completos como presidente del FC Barcelona pero ya ha entonado una de las cantinelas más frecuentes en la Ciudad Condal cuando las cosas no salen como le gustaría al club blaugrana.
Ayer el máximo mandatario culé volvió a acusar a 'Madrid' (así, de forma genérica y sin señalar directamente a nada, ni a nadie) de estar detrás de todo el revuelo que se había formado en torno al caso Neymar y que, finalmente, forzó la dimisión de Sandro Rosell, su antecesor en el cargo.
Por decir, Bartomeu incluso llegó a afirmar que Jordi Cases, el socio del Barça que había interpuesto la famosa querella contra Sandro Rosell, se había visto movido por intereses capitalinos.
"Desde Madrid le han hecho volar muy alto", afirmó en Rac-1 este lunes al tiempo que añadía que la filtración del contrato de Neymar no venía ni del Barça, ni del propio Cases. Es decir, que dejó entrever que había sido el entorno de la Audiencia Nacional el que puso en manos de los periodistas los documentos.
También afirmó que en Madrid hay envidia por ver a Neymar y Messi juntos y que existe un ambiente beligerante contra el club blaugrana por sus éxitos.
Es decir, que Bartomeu no dijo nada nuevo de lo que no hubieran dicho anteriormente otros presidentes cercanos en el tiempo. Sandro Rosell, sin ir más lejos, también dejó entrever que la demanda interpuesta en su contra dependía más de movimientos lejanos a Barcelona que de nada vinculado a la entidad blaugrana. Tanto es así, que solicitó que el caso se juzgara en Cataluña para así garantizar la 'independencia' del proceso. Algo parecido sucedió con los problemas fiscales de Leo Messi, cuando Toni Freixa, el portavoz de la junta directiva, aseguró que eran cosa de "ataques" y "atentados" contra sus futbolistas.
Poco tiempo después dejó entrever que había habido presiones "políticas" para que Messi no ganase el Balón de Oro.
Ya en 2012 el ex presidente culé dijo que la Liga conseguida por el Real Madrid estaba motivada por "cosas extrañas" que habían sucedido a lo largo de toda la temporada. Vamos, que si Guardiola y los suyos habían perdido el título era por culpa de los árbitros cuando un año antes el título levantado por el Barça había sido el título de los "valores", como Rosell mismo bautizó al devenir del curso blaugrana.
Poco tiempo antes el encargado de azotar la teoría de la conspiración desde la capital española fue Joan Laporta, al que su tendencia ideológica nacionalista aumentó más si cabe esta percepción de que todos los ataques y problemas culés sobrevenidos procedían de Madrid. Y lo hizo cuando ni siquiera existían problemas.
En 2009, por ejemplo, cuando el Barça ya había conseguido el mítico triplete, el presidente seguía insistiendo en que su rival era un equipo imperialista y avasallador y de nuevo señaló a fuentes oscuras (la prensa quizá, poderes fácticos tal vez) como causantes de ciertos movimientos contrarios al Barça.
Incluso cuando se filtraron las fotos de sus festejos tras ganar 2-6 al Real Madrid, Laporta miró al mismo lado: "Ponen toda su rabia para desprestigiar y erosionar al Barcelona. No soportan que el Barça ganara al Madrid", añadió en un argumento muy similar al expuesto por Bartomeu hace apenas unas horas, pero cinco años después de lo dicho por Laporta.