Josep María Bartomeu apenas lleva cuatro días como presidente del Barça. Sin embargo, en ese periodo de tiempo, desde que Sandro Rosell dejase el cargo por las presiones del caso Neymar (caso que Ruz seguirá investigando pese a la retirada de la querella) ya ha tomado un puñado de decisiones clave.
La primera de ellas, la de explicar epígrafe por epígrafe la versión culé del fichaje del brasileño. Mientras que el Barça insiste en que el fichaje fue de 57'1 millones de euros, los datos aportados generan confusión y abren el abanico hasta fijar la cuantía final en 86'1 millones.
Sea como fuere, su decisión fue inaudita. Nunca antes un presidente blaugrana había dado tantos detalles al respecto, como tampoco nunca antes un mandatario llamó personalmente a un socio para frenar una querella. Así lo hizo a través de un directivo que habló directamente con Jordi Cases, el encargado de acudir al juzgado y de, de manera indirecta, forzar la caída de Rosell.
Sin embargo, y pese a que estas decisión ya son de por sí importantes, Bartomeu parece dispuesto a ir más allá. Así lo ha dejado entrever este lunes en una entrevista concedida a Rac-1.
El nuevo presidente del Barça ha tendido la mano a Johan Cruyff y ha anunciado una entrevista con el ex jugador para retomar relaciones. También ha comunicado que el club no tomará postura alguna al respecto del caso del Nido o que habrá cambios de "cartera" en algunos puestos directivos.
Sin embargo, su anuncio más llamativo ha llegado cuando se le ha preguntado por la figura de Pep Guardiola. "A Guardiola le quedan cosas por hacer en el Barça. Espero que cuando acabe en el Bayern vuelva a pensar en ayudar al Barça", ha afirmado dejando entrever que le abriría las puertas del club, aunque no ha quedado muy claro si de entrenador o de director deportivo, una de las funciones con las que, en su día, ya se especuló, podría regresar el de Santpedor a Barcelona.
Sea como fuere, su gesto es de relevancia social en un club que hace no mucho tiempo tuvo que ver como el propio Guardiola criticaba con dureza a Rosell por la manera cómo lo trató después de su salida usando, según Pep, la figura de Tito Vilanova.
Cabe recordar que Guardiola no se marchó contento con el ya ex presidente después de que éste incumpliera su palabra de no anunciar el nombre de su sustituto el mismo día que daban a conocer su marcha.
El entrenador ahora del Bayern de Múnich firmó un contrato de tres temporadas con los bávaros que finaliza en 2016.
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Josep Guardiola
Entrenador del Bayern de Múnich
Los indignados con Rosell