El nuevo presidente del Barcelona tras la dimisión de Sandro Rosell, Josep María Bartomeu, podría ser imputado por el 'caso Neymar' al haber firmado tres de los siete contratos que la entidad culé suscribió con el jugador brasileño, y que podrían haber supuesto un sobrecoste de 38 millones de euros al club, según publica El Mundo.
En concreto, Bartomeu (junto a Rosell) firmó los dos vínculos contractuales, y además, el contrato por el que se pagaba un 5% de comisión al padre de Neymar por el fichaje del jugador. El problema también se extiende al vicepresidente económico, Javier Faus, que firmó los contratos con Neymar padre y autorizó el pago por el fichaje del jugador.
De todos los directivos cercanos a Rosell, hay dos que no tuvieron que ver con la firma de ningún contrato en el fichaje del brasileño. Se trata de los dos vicepresidentes restantes, Carles Villarubí y Jordi Carboner. Pesados pesados dentro del organigrama culé, el primero está sonando como candidato continuista para las quinielas de una hipotéticas elecciones anticipadas. Por su parte, Carboner es nieto del vicepresidente más longevo de la historia del barcelonismo, Nicolás Casaus.
Felipe Izquierdo, el abogado de Jordi Cases (el socio que presentó la querella por apropiación indebida en modalidad de distracción contra Rosell admitida por el juez Ruz el pasado miércoles), anunció ayer que la querella se ampliará, con toda probabilidad, al nuevo presidente y también a Faus.
De esta forma, pese a que Sandro Rosell aseguró ayer en rueda de prensa que dejaba su cargo para no dañar la imagen del Barcelona, el club blaugrana vuelve a tener un presidente en una situación idéntica a la suya antes de dimitir: su nuevo presidente está implicado en la firma de unos contratos que están siendo investigados por la Audiencia Nacional y en riesgo real de ser imputado.
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