
Las preocupaciones sobre el estado físico de Gareth Bale vuelven a emerger con fuerza en el entorno del Real Madrid. El futbolista galés sigue entre algodones casi dos semanas después de que un supuesto golpe en el muslo lo apartara de los entrenamientos y le hiciera ser baja para el último partido del Real Madrid contra el Valencia en Mestalla.
Lo que debía haber sido simplemente una medida de precaución acabó, finalmente, convirtiéndose en un retiro sine die que, por ahora, abre la puerta a las dudas sobre el fichaje más caro de la historia del fútbol.
Hoy el Real Madrid jugará contra el PSG un partido amistoso en Doha, Catar, para el que tampoco ha sido llamado Bale. Él y Casillas han sido los dos únicos jugadores importantes que se han quedado fuera de la lista.
En el caso del portero, su ausencia se ha debido a cuestiones personales. En breve será padre y ha preferido mantenerse en Madrid para asistir al nacimiento de su primer hijo.
Los 16 días que han pasado desde que se emitió el parte médico sobre el galés nada ha hecho indicar que su dolencia sea, en realidad, cosa sólo de la causa que indicaba el comunicado. Un golpe en el muslo suele necesitar de bastante menos tiempo de recuperación que el tiempo que está requiriendo Bale para volver al terreno de juego.
Desde el Paseo de la Castellana se insiste en que el jugador no tiene ningún problema oculto y para ello emitió ayer un puñado de imágenes del extremo entrenándose al margen de sus compañeros (ya entonces en Catar), eso sí, con un aparatoso vendaje en su pierna izquierda, algo que ha llamado la atención.
A priori el jugador debería estar disponible para jugar el próximo lunes frente al Celta de Vigo en el Santiago Bernabéu, pero nada hace prever que sea así. Habrá que esperar a la rueda de prensa que dará Ancelotti antes del encuentro (será el proximo domingo) para conocer si finalmente entra en la convocatoria y si sus condiciones son las correctas.
Quizá desde el club se está queriendo imponer en este asunto pautas mayores de recuperación para que el jugador no corra ningún riesgo, toda vez que el presente mes de enero es uno de los más intensos para los merengues, que entre Liga y Copa del Rey podrían llegar a jugar 9 partidos oficiales en los siguientes 30 días.