El caso Xabi Alonso ha eclipsado desde hace mucho tiempo cualquier otro proceso abierto en el Real Madrid. Ni fichajes, ni salidas... nada preocupa tanto en el Bernabéu como la renovación del futbolista tolosarra. Lo ha demostrado a lo largo de las últimas semanas su propio entrenador, Carlo Ancelotti, y el presidente, Florentino Pérez. Sin embargo, la operación entra ahora en un momento clave.
El pasado sábado el jugador comunicó al Real Madrid su deseo de sentarse a negociar la continuidad en el equipo blanco. Será a partir de ahora cuando su agente empiece a hablar de cifras, duración, condiciones y demás aspectos relacionados con un proceso de este tipo. Hasta la fecha, en realidad, todavía no se había producido ningún contacto formal como tal. Es decir, que no ha había habido ninguna propuesta por parte del futbolista al club y viceversa.
Sin embargo, y pese a ello, desde ambas partes se ha filtrado un buen puñado de informaciones vinculadas con la continuidad del Tolosarra. El objetivo no era otro que el de generar globos sonda y esperar la reacción del lado contrario.
Algo que se produjo casi desde el día en el que el Real Madrid dejó claro que quería que el número 14 se quedara en el Bernabéu. La directiva merengue elevó entonces a la misma categoría que el proceso abierto con Cristiano Ronaldo la continuidad del mediocentro.
Pese a ello, las respuestas desde el jugador y su entorno eran confusas. La cercanía que mostraba hacia Mourinho hacía incluso temer una posible marcha el verano pasado rumbo al Chelsea para seguir al portugués en su aventura con el equipo de Stamford Bridge. No fue así.
Sólo se trataba de parte del ruido generado a su alrededor. Xabi Alonso decidió aislarse entonces del asunto y centrarse en la recuperación de sus problemas de pubis primero y de la rotura de un pie, después. Por mucho que le preguntaban él no respondía y desde el club sólo se repetía una máxima.
"Nos dice que depende de cómo se encuentre físicamente a final de año. Entonces decidirá". Y entonces llegó el fin de año, pero la respuesta de Alonso seguía retrasándose. Llegó entonces la ansiedad y los nervios desde las oficinas del Bernabéu. Cada día la sensación mutaba. Algunas mañanas parecía que Alonso acabaría sentándose a negociar. Otras, por el contrario, cundía el pesimismo y la sensación de que diría adiós. Quizá por eso se buscó un sustituto en la figura de Gündogan.
Hasta que la semana pasada, a menos de siete días de acabar el año y de que, por lo tanto, Alonso fuera una suerte de 'agente libre' para negociar con quien quisiera su futuro, el futbolista comunicó que aceptaba escuchar la propuesta merengue.
Respuesta, se entiende, es para sentarse a negociar, no para aceptar una oferta en firme. El Real Madrid todavía no ha podido presentar formalmente sus deseos al jugador. El club pretende darle dos años más y aumentarle sus emolumentos. El jugador, por ahora, no se sabe tampoco que es lo que desea exactamente, aunque desde Chamartín se apunta a que no pedirá los famosos 10 millones de euros como supuesta cláusula de fichaje que sí pediría a otro equipo en caso de marcharse libre a final de temporada.
Así pues, los siguientes pasos son concretar las primeras reuniones entre su agente y los directivos blancos y empezar a concretar las condiciones del nuevo contrato. Teniendo en cuenta que ambas partes parecen receptivas, lo lógico es que la renovación o tardase mucho en firmarse. En Madrid se espera que no haya que llegar a primavera para hacerla pública y cerrar, así, casi dos años de especulaciones.
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