
Andrés Iniesta es, con permiso de Messi y de Tata Martino (y hasta que hable Víctor Valdés en sala de prensa), el hombre del día en el Barça. Lo es porque ayer Rosell anunció que el lunes firmará su renovación. Por fin.
Después de meses de reuniones, declaraciones cruzadas y dudas sobre la continuidad del manchego, el jugador ratificará que será blaugrana hasta 2018 con opción a dos años más. Un contrato a largo plazo (hasta seis años vista) que también será importante en lo que a sus cifras se refiere. Iniesta pasará a ser el segundo jugador mejor pagado de la plantilla culé con un salario que rondará los doce millones de euros.
Esa era una de las exigencias iniciales del futbolista blaugrana. Andrés quería sentir el "cariño" del club, y lo quería sentir en forma de valoración económica.
No es que al jugador le apremiase la necesidad de disparar sus emolumentos, pero al igual que otros cracks (Cristiano Ronaldo, Messi...) el hombre que le dio a España la Copa del Mundo de 2010 quiere sentir que su trabajo se valora colocándose en una buena posición en la tabla salarial culé.
A ello hay que unir que éste será, salvo sorpresa, el último gran contrato que firme en su carrera deportiva. Cuando acabe, allá por 2018, sumará ya 34 años.
Teniendo en cuenta que su anterior sueldo estaba por debajo de los siete millones de euros netos, se entiende que haya pedido un incremento notable, más si cabe teniendo en cuenta que en el último periodo de éxitos culé ha sido uno de las referencias, casi, casi al mismo nivel que Xavi y sólo por detrás del propio Messi.
Con la renovación de Iniesta y la próxima mejora de contrato de Messi, el Barça verá como sus gastos salariales aumentan y se configura una nueva tabla salarial con Messi en cabeza (20 millones limpios por temporada), seguido de Iniesta (12), Neymar (7'5 por contrato que se disparan hasta los 15 si se prorratean los 40 millones que percibió por su fichaje) y Xavi (6 millones de euros).