Radamel Falcao es un misterio. Lo piensan en Mónaco. Lo piensa toda Francia. El delantero colombiano engrosa los titulares de media prensa deportiva en nuestro país vecino. El último, el del periódico más prestigioso en este sector. L'Equipe lo tiene claro. El jugador está forzando su posible marcha para el mercado invernal. Y lo está haciendo a ritmo de rebeldía. Sólo así se explica su sospechosa ausencia en los últimas semanas.
Este fin de semana Falcao se perderá el cuarto partido consecutivo de su equipo. La versión oficial del club dice que está lesionado. Bueno, en realidad sólo lo dice Ranieri. El técnico italiano es el entrenador de los monegascos y ha causado, con sus palabras, causar confusión en torno al delantero.
Porque en sus explicaciones para confirmar los motivos de quedarse fuera de la lista de convocados, usó, en un principio, la excusa de que sufría una simple contractura y, además, añadió que se la había hecho con Colombia. Ahí llegó el lío.
En Colombia lo negaron y entonces Ranieri dijo que era la reminiscencia de una antigua lesión al tiempo que afirmaba que el jugador no entrenaba porque él no quería, no porque lo dijeran los médicos.
Así pues, dejó claro que en realidad Falcao se estaba borrando. Además, se supone que una contractura no da para que esté lesionado durante tanto tiempo. Si a eso le añaden que Falcao ya no va al Estadio Luis II para ver a su equipo y que ha quitado de su perfil de Twitter la foto que tenía con la zamarra del Mónaco, el lío está servido.
Muchos creen que el jugador está forzando su salida inminente o cercana en el medio plazo. En este mercado invernal, aunque Mourinho dice que no ficharán a nadie, el Chelsea (de la mano de Abramovich) parece ser el club más interesado en hacerse con sus servicios.
Desde Madrid, (otro de los clubes interesados) se niega que vayan incorporarlo en enero, pero no se descarta un fichaje para junio. Sea en una fecha u otra, el problema para cualquier pretendiente es que el Mónaco querrá recuperar parte de la inversión realizada en él.
Los 60 millones pagados al Atlético son un lastre al igual que los 14 millones limpios que cobra en Montecarlo. Ningún club europeo puede igualar semejante derroche. Falcao debería reducir sensiblemente sus ingresos, algo que no se sabe muy bien si estaría dispuesto a hacer.
Así pues, el caso de Falcao es, hoy por hoy, un galimatías que, además, tiene consecuencias para su equipo, ansioso de recuperar sus goles frente a un PSG que camina imperial por la liga francesa liderado por Ibrahimovic y Cavani.
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