
El Barça cayó estrepitosamente en Ámsterdam ante el Ajax, acabando con una racha de 20 partidos sin perder. A pesar de estar cuajando una temporada casi perfecta en lo que a números se refiere, los del 'Tata' Martino firmaron ayer un triste capítulo que se parece mucho a una de las noches más negras que se recuerdan en el barcelonismo en los últimos años: la derrota del curso pasado ante el Bayern Munich por 4-0.
Hay varios hechos que avalan la similitud entre ambos partidos. El primero de ellos fue la falta de actitud por parte de los jugadores culés. El Ajax devoró al Barça en la primera parte, jugando con mucha más intensidad, algo que reconocieron jugadores como Piqué, que aseguró al finalizar el encuentro que "ha faltado actitud y estoy convencido de que el vestuario lo sabe". Una de las cosas que se recriminó al entonces equipo de Tito Vilanova fue la apatía mostrada en el Allianz Arena.
Como contra el Bayern, el Barça renunció a su esencia, la cual le fue arrebatada por el rival y usada en su contra. Con un gran juego de equipo, los holandeses desarbolaron el centro del campo culé y llegaron con facilidad a la meta de Pinto. La bisoñez del ataque de los de Frank de Boer evitó un desastre. Jugadores como Xavi o Iniesta, acostumbrados a impartir un clinic de pases completados cada partido, acabaron con unos números pobres y con una cantidad de pérdidas impropias en ellos. Un calco a lo ocurrido en Múnich.
Fragilidad defensiva
El siguiente factor a tener en cuenta es la fragilidad defensiva. Si bien es cierto que lastrada por las lesiones, la zaga culé volvió a hacer aguas como en aquella noche fatídica de marzo. Puyol y Piqué cometieron errores de bulto y la inseguridad defensiva fue una constante en el partido
Pero si en defensa el Barça no estuvo bien, tampoco mejoró en ataque. Así, volvió a repetir lo que ya se está convirtiendo en tendencia: posesiones largas, cerca de la portería rival, con pases horizontales y sin peligro. Como en Múnich, el Barça no demostró tener alternativas variadas en ataque, y solo Neymar lo intentó con ahínco y verdadero peligro. El único tanto blaugrana llegó a balón parado, un penalti que en realidad fue falta.
Las decisiones del entrenador culé también tienen su parte de responsabilidad. Al igual que Vilanova en Múnich, ayer Martino pecó de falta de reacción con la superioridad del Ajax. El argentino dejó a Busquets en el banquillo, a pesar de la falta de solidez de la medular culé, y no supo revertir la situación en el descanso.
Uno tras otro, el Barça repitió en Ámsterdam los fallos que conllevaron una de las peores noches europeas de su historia reciente. Martino aseguró ayer en rueda de prensa tras la derrota que al equipo le faltó "movilidad y precisión" y que había que inicidir en lo hecho en la primera parte. El partido liguero contra el Bilbao será el primer test para comprobar si el Barcelona ha aprendido la lección o si los fantasmas de Múnich han vuelto para quedarse.