Fútbol

Leo Messi y las tres razones que explican sus constantes recaídas musculares

Messi, en el momento de caer lesionado frente al Betis | EFE

Leo Messi se lesionó este domingo en la goleada del Barça al Betis (1-4). Lo peor para el argentino es que la noticia no es noticia. Hace tiempo que este tipo de problemas se repiten en un jugador que durante cinco temporadas (entre 2008 y 2012) apenas había sufrido problema alguno. Pero todo ha cambiado.

Desde marzo (cuando sufrió su primer problema ante el PSG en París), la estrella blaugrana ha tenido hasta cinco recaidas relacionadas siempre con el mismo músculo, el bíceps femoral de su pierna derecha.

¿Qué le pasa a La Pulga? Tres teorías son las que se manejan en la Ciudad Condal para explicar estos inexplicables problemas físicos.

1.- Un problema de alimentación

Antes de ir a las causas del problema, vayamos a las del milagro. Porque, en realidad, la excepción en la carrera de Messi es que no se lesione. Esto es, antes de que llegara Pep Guardiola al FC Barcelona, el entonces jovencísimo delantero solía sufrir los problemas que ahora padece. Se rompía con suma facilidad fruto de sus débil musculatura y un método de juego explosivo.

Messi, como ahora, usaba el cambio de ritmo y la velocidad en carrera para ser mejor que ninguno, pero eso le pasaba factura en forma de tendencia a lesionarse muscularmente. Cuando Guardiola llegó le impuso dos cambios que, a la postre, parece que funcionaron mejor de lo que se piensa.

Uno, el cambio de dieta. Dos, un fisio personal del club para que lo acompañase como si fuese su sombra. Pues bien, en el primer aspecto, el de la alimentación, parece que algo ha cambiado en Messi. Al menos eso se desprende de los últimos pasos dados por el Barça.

Este fin de semana se ha desvelado (lo hacían desde Sportyou) que el club ha contratado los servicios de una nutricionista (familiar de Xavier Sala i Martí, ex vicepresidente culé) para cambiar el método de alimentación que seguía el argentino.

Según parece, Messi había vuelto a caer en ciertos vicios del pasado que no le están ayudando en su fortalecimiento muscular. Desde aumentar la ingesta de carnes (especialmente rojas) hasta no seguir un horario del todo recomendado con las pautas de la excelencia. Algo que desde la Ciudad Condal quieren reconducir, aunque, Leo haya vuelto a lesionarse.

2.- Una preparación física diferente

Ya lo hemos comentado. Messi empezó a sentirse un jugador casi imposible de lesionar gracias a la imposición de un fisioterapeuta propio (Juanjo Brau) y de los métodos de Lorenzo Buenaventura, el preparador físico de confianza que Guardiola se llevó al primer equipo y que también ha fichado para el Bayern de Múnich. Pues bien, ahora todo eso es diferente. En primer lugar, porque la confianza de Messi en Brau se ha roto.

EcoDiario.es ya contó la semana pasada que Leo cortó con Brau y que no se lo iba a llevar a Argentina para los partidos del ariete con la 'Albiceleste', aunque ahora, lesionado, tampoco viajará él mismo. Sea como fuere, parece que la ruptura entre ambos va más allá.

Brau dejará de ser ese fisio personal que le haga sombra casi las 24 horas del día. Entiende Messi que sus métodos han cambiado y que ahora no recupera tan bien como antes. De ahí este corte de raíz. También parece que la preparación física de Leo no le está ayudando.

Actualmente, el preparador del Barça es el también argentino Elvio Paolorosso, quien ha desplazado a Aureli Altimira, Edu Pons, Francesc Cos, Paco Seirullo como responsables de la planificación física y que, por ahora, no está encontrando la 'tecla' para que Leo no siga al ritmo de tiempos pretéritos.

3.- El pavor de Messi a recaer

El tercer factor que impulsa a Messi a seguir lesionándose (amén de su alto ritmo de partidos) es su miedo casi neurótico a caer lesionado de nuevo. Cada partido que juega desde que el Barça cayó ante el Bayern de Múnich es un ejercicio de pánico a romperse. Su método de juego, de hecho, ha cambiado. Nada de regates en carrera o de sprints entre un mar de piernas.

Leo juega mucho más en estático. Pese a ello, ese dolor, ese temblor psicológico le hace sentirse inestable y, sin confianza, es más propenso a lesionarse sí o sí cada fin de semana.

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