Iker Casillas volvió a jugar anoche. Lo hizo en Turín frente a una Juventus que le obligó a sacar lo mejor de sí mismo. Tanto, que Antonio Conte, técnico bianconero, afirmó había sido el mejor del partido. Otro derroche de habilidades (el tercero en Champions) que le hizo ser protagonista de todos los micrófonos tras el empate (2-2) que deja a los blancos al borde de la clasificación para octavos de final. Una nueva oportunidad para que el de Móstoles dejara bien claro cuáles son sus deseos de cara al futuro.
"Lo dije la otra vez, lo que pasa es que siempre hay alguno que le encanta sacar de contexto mis palabras, como siempre. Mi intención es quedarme aquí en enero, en junio y hasta que termine mi contrato. Yo no tengo ni idea de lo que va a pasar dentro de uno, dos o tres años. En ese sentido tranquilo por lo que digo, pero si alguno no le queda claro, ya se lo digo he dicho hoy", afirmó en zona mixta nada más acabar el partido.
Pese a ello, Iker no está contento. Jugar tan poco no es sencillo. "Es muy complicado. Son retos que se te presentan. Con ese punto de vista es bueno. Pelearemos cada día para competir y jugar más. Eso es lo bueno. Si yo me conformase con las decisiones del entrenador, mal profesional sería", añadió.
"Siempre que el entrenador y mis compañeros me necesiten estaré ahí y apretaré los dientes para ayudar. Seguramente si tuviera más rutina estaría mejor. Pero no me puedo quejar. Lo que tengo que hacer es luchar y poner más interés en las ocasiones que tenga de pelear el puesto", confesó.
Cabe recordar que Casillas termina contrato en 2017, aunque su delicada situación en la portería han hecho que se especule con su adiós en el mercado invernal y en junio. Según fuentes del Real Madrid, existe un acuerdo entre Florentino Pérez y el propio capitán para que deje el Bernabéu si así lo desea a coste cero en 2014.
El club, mientras tanto, busca posibles sustitutos. Kiko Casilla, arquero del Espanyol ha sido uno de los primeros contactados, pero puede que no sea el último en los próximos días.