La secretaría técnica del Barcelona tiene ante sí uno de los retos más importantes de la última década: encontrar al sustituto del que, probablemente, sea el mejor portero de la historia del club, Víctor Valdés. La tarea (encomiable, dado el estado de forma del portero azulgrana), ha abierto, además, una 'guerra civil' en el club porque el presidente culé, Sandro Rosell, y el director deportivo, Andoni Zubizarreta, tienen candidatos diferentes para el puesto.
Según Marca, los dos nombres que maneja el Barça son ya viejos conocidos en las quinielas por la sucesión de Víctor Valdés: Thibaut Courtois y Marc-André Ter Stegen. El belga es el favorito de Rosell; sus tres buenas temporadas en el Atlético de Madrid son una hoja de servicios más que respetable para optar a una de las porterías con más presión de todo el panorama futbolístico.
Zubi también tiene a su favorito, Ter Stegen. El alemán sería bastante más barato (10 millones frente a los 25 de Courtois), pero también más inexperto. A pesar de contar con el beneplácito del director deportivo, es un fichaje que no termina de convencer en Can Barça debido a que no es un portero tan experimentado.
Con esta situación, Zubi sufre su enésimo problema en el Barcelona con la directiva respecto a los fichajes. Pese a que la última decisión es suya en su condición de director deportivo, llevarle la contraria a los pesos pesados de la directiva le pondría en una situación comprometida. No obstante, el vasco se ha guiado por su instinto y ha entablado las primeras conversaciones por el meta alemán a través de su agente, Gerd Vom Bruch.
Las trabas con Courtois
Algo que podría ayudar a Zubi en su cruzada contra la directiva son los incovenientes acerca del hipotético fichaje de Courtois, que son varios. Por un lado, están el Chelsea y Mourinho, que no verían con buenos ojos desprenderse de una joya de futuro para dárselo a uno de sus rivales en Europa. Otro aspecto a tener en cuenta es el de la ficha, mucho más alta que la de Ter Stegen.
Y finalmente, el motivo más oculto: el fichaje del belga evidenciaría, una vez más, el afán intervencionistade Sandro Rosell en el club. La fractura entre la presidencia y la dirección deportiva es un secreto a voces, pero Rosell no estaría seguro sobre la conveniencia de irrumpir en el campo de Zubizarreta para fichar a Courtois.
De la actuación (o no) de Rosell depende en buena medida, el futuro de un Zubi que ya está acostumbrado a trabajar bajo presión. Así, la sucesión de Valdés es más que un simple cambio de cromos: puede decidir la continuidad del director deportivo que cada vez encuentra más escollos dentro de su propio club.
Valdés se deja querer