
La división en la afición del Real Madrid sobre la titularidad en la portería de Diego López o Iker Casillas ha generado uno de los fuegos más difíciles de apagar para el club de Chamartín en los últimos años. Durante el final de la temporada pasada y el inicio del curso 2013/2014, el Bernabéu ha lanzado claros mensajes de enfrentamiento entre dos bandos: los partidarios del portero gallego y los del capitán. Y un papel fundamental en esta polémica lo ha tenido el fondo sur del coliseo blanco, que se ha posicionado a favor de Diego López. Una actitud que ha obligado a Florentino Pérez a tomar parte para calmar los ánimos y mantener una 'calma chicha' en Concha Espina.
Es conocida por todos la preferencia de los 'Ultra Sur' por el que hasta ahora es portero titular del Madrid en liga, algo que ha puesto en peligro la frágil paz que se había conseguido en el vestuario tras la marcha de Mourinho. Por esta razón, y con el objetivo de estabilizar la situación interna y social del club, según El Confidencial el presidente blanco ha movido los hilos necesarios para pedir silencio al fondo sur respecto al tema, o en su caso, el apoyo para ambos porteros.
La intención es conseguir un ambiente de unidad y transmitir que todos los integrantes del club reman en la misma dirección. Para conseguirlo, según El Confidencial, Florentino se habría servido de los miembros de seguridad del club para mantener una comunicación directa con miembros destacados de los 'Ultras Sur' y otras peñas, con el fin de terminar con un ambiente caldeado. Algo que, por el momento, parece haber conseguido. La muestra más cercana se recogió en el partido contra el Getafe. Los gritos a favor de Diego López se transformaron en cánticos contra la prensa.
Deseado por Ancelotti
Aunque ha sido Florentino Pérez el encargado de la tarea de enfriar los ánimos y fomentar la unidad de la entidad madridista, si había alguien interesado en lograr ese objetivo, era Carlo Ancelotti. El entrenador blanco pidió ayuda a la dirección del Real Madrid para acabar con un problema que, para el italiano, estaba tomando tintes demasiado peligrosos para sus jugadores.
En opinión del entrenador, el ambiente de división en la afición podría haber contribuido negativamente en el vestuaro, y ante el riesgo de que se volviese a escenificar una ruptura entre los compañeros de equipo, exigió a Florentino acabar con él. Un problema menos para el italiano gracias al pacto del presidente con el fondo sur del Bernabéu.