Fútbol

El 'capitán' Arbeloa, guardaespaldas de Benzema

Benzema y Arbeloa celebran un gol del galo en Estambul | Reuters

Karim Benzema preocupa en el seno del Real Madrid. Lógico. Tras un buen inicio de temporada, los pitos del Bernabéu por su falta de actitud y el 'banquillazo' de su seleccionador con Francia, lo han dejado en una situación que camina a medio paso entre la 'depresión' y la decepción. El francés no termina de entender por qué se le critica, aunque también se castiga por su reciente falta de acierto. La gestión del asunto, sea como fuere, no parece fácil.

Gestión en la que Carlo Ancelotti no aportó demasiado el pasado domingo cuando decidió cambiar al francés. Nadie en el Bernabéu pensaba que así sucedería después de ver como el 9 blanco fallaba dos claras ocasiones de gol (las dos de cabeza) que provocaron el murmullo y la sorpresa del público. Había miedo a que, en la sustitución, el futbolista fuera abucheado.

A Ancelotti parece importarle poco este tipo de asuntos. Ya lo demostró en el trofeo Santiago Bernabéu cuando sacó a calentar a Diego López cinco minutos antes del descanso, lo que provocó el incómodo intercambio de pitidos al gallego y de aplausos a Iker Casillas (titular aquel día) y viceversa.

Pero volvamos al Real Madrid - Getafe del domingo. Cuando el cartel de los cambios mostró el dorsal número nueve de los blancos se quedó mirando al banco. Le tocaba hacer 40 metros de 'paseillo' entre su posición y la banda donde Morata le tomaría el relevo.

Casi 40 metros de miedo a la pitada. Algunos silbidos empezaron a escucharse. También algunos aplausos. Fue ahí donde emergió la figura de su nuevo guardaespaldas.

Álvaro Arbeloa se acercó a su compañero y le saludó afectuosamente y levantó los brazos para que el Bernabéu le aplaudiera. El estadio, en parte motivado por este gesto, y en parte por deseo propio, le hizo caso para ovacionar a su delantero francés.

Cierto es que la 'música de viento' se mantuvo, pero al contrario que en otros partidos, no se escuchó tanto. En cierta medida, con aquel gesto, Arbeloa había mitigado el mal trago para su compañero.

No era la primera vez que ocurría durante el partido. Apenas unos minutos antes, una gran combinación entre Cristiano Ronaldo y el defensa blanco acabó con un centro medido desde la izquierda al punto de penalti.

Ahí, sólo de marca, casi a portería vacía, apareció Benzema para conectar un testarazo que, sorprendentemente, se marchó alto. Era un gol cantado. Parecía más complicado mandarla fuera que dentro.

El público se llevaba las manos a la cabeza y se disponía a criticar a su delantero cuando Arbeloa se levantó del suelo y se marchó hasta el área para 'mimar' a Benzema y levantar (como haría minutos más tardes) los brazos en señal de apoyo para el francés.

Sabedor del cariño que despierta en algunos sectores de la afición, el salmantino consiguió que un buen número de aplausos de ánimo se levantaran de las gradas hacia Karim.

No era la primera vez que sucedía. Ya en el 'match-ball' del francés en Estambul (venía de hacer un flojo partido ante el Villarreal), Arbeloa estuvo especialmente activo para animar a su compañero y, tal y como muestra la foto que acompaña a este texto, no dejó de levantarle el ánimo en las celebraciones de todos los tantos que marcó el conjunto blanco, incluidas las dos dianas que hizo el propio Benzema.

Una suerte de 'proteccionismo' que le ha permitido ganarse el favor de un sector del público que pide abiertamente que sea él y no Ramos o Pepe el capitán del Real Madrid en ausencia de Iker.

Como argumento a su favor, el hecho de que las cinco temporadas lejos del Bernabéu no eclipsen todas las que pasó fraguándose en la cantera blanca. Parece complicado que finalmente esta iniciativa cale (en el Real Madrid se cuenta para ser capitán sólo las temporadas en el primer equipo), pero que deja entrever el grado de compromiso del salmantino con algunos de sus compañeros.

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