La presencia de Neymar en el FC Barcelona levantó temores de malos rollos con Leo Messi. La convivencia de dos estrellas en el mismo vestuario es, en ocasiones, nada sencilla. Sin embargo, ambos se esmeraron en evitar cualquier posible tensión con constantes gestos de confianza dentro y fuera del terreno de juego. Hasta ayer.
Durante el encuentro que medía al Barça y al Ajax en Liga de Campeones (goleada 4-0 de los culés) el brasileño y el argentino protagonizaron una suerte de episodio de tensión que, aunque no fue a mayores, sí que provocó cierta sorpresa al ser el primero que se producía entre ambas estrellas.
Ocurrió durante la primera parte cuando un robo de balón en la medular se convirtió en una clara ocasión de contragolpe. Como se puede ver en la imagen superior, Neymar cogió la pelota con mucho terreno de juego por delante, mientras que por la derecha, Messi, sólo y sin ningún jugador del Ajax a su alrededor, corría como una flecha directo a la portería reclamando la pelota con la mano levantada.
Neymar, sin embargo, decidió jugársela como es habitual en él. Tras un par de amagos llegó a la frontal y chutó tratando de colocar la bola rasa, al palo derecho del arquero. Su tiro, sin embargo, salió flojo y demasiado centrado. Vermeer pudo atajar el esférico sin inconvenientes.
A la derecha de la acción Messi miró el tiro de su compañero con gesto de enfado y, obvio, libre de marca Cuando contempló cómo la pelota acaba en las manos del meta contrario, dio un saltito y protestó con los brazos. Fue algo leve.
En ese instante la realización del partido se centró en Neymar mientras regresaba a su posición. Sin embargo, en el césped, lo que importante sucedió a unos metros, mientras Messi plantaba su mirada fija en el crack brasileño y meneaba la cabeza negando, decepcionado, por la ocasión que acaba de fallar. Su cara lo decía todo. Estaba más que molesto.
Al contrario que en roces con anteriores compañeros (como Tello -San Siro, 2012- o Villa - Barça vs Granada, noviembre 2012-), el argentino no gritó ni hizo ningún aspaviento exagerado, toda vez que sabe que las cámaras lo siguen al detalle, más todavía después de aquellos episodios. Sin embargo, a Leo se le vio molesto.
Tal y como viene analizando EcoDiario.es, Neymar está aportando virtudes y algunos problemas al fútbol culé. Hiperactivo y con mucho protagonismo, reclama la pelota constantemente pero, en ocasiones, tarda en soltarla más de la cuenta o se la juega él solo. Un estilo que no es ni peor, ni mejor. Sólo diferente.
Messi, por ejemplo, está acostumbrado a que los compañeros lo busquen a él y él a los compañeros. Algo que con Neymar todavía no sucede. Veremos si ambos cambian su estilo de forma o si incidentes como el de anoche derivan en enfados mayores.
Neymar virtud y problema