Fútbol

Xavi Hernández, origen del problema y salvación de Iker Casillas

Iker Casillas, en el banquillo de España en Finlandia | EFE

Iker Casillas por aquí. Iker Casillas por allá. El portero internacional del Real Madrid no lo puede evitar. Es el foco de todas las miradas en su club y en la Selección Española.

Sus últimos nueve meses han sido un vaivén de acontecimientos que lo han dejado en el precipicio del debate constante. ¿Titular sí? ¿Titular no? La discusión está servida en un país, España, proclive a dividirse en casi cualquier ámbito de la vida. Más si cabe en el fútbol.

Vicente del Bosque, entrenador de Casillas en dos etapas distintas (Real Madrid y Selección), lo sabe. Por eso trata de jugar como puede con los argumentos que ofrece para justificar que él, Iker, siga siendo su portero con la 'Roja'. No quiere alentar a los que atacan al de Móstoles, pero tampoco pretende ser injusto con los que defienden a Víctor Valdés.

Una balanza de difícil equilibrio en la que, por ahora, un elemento está pensando más que ninguno: la lealtad hacia quien hizo posible la paz que ahora respira el combinado nacional. Del Bosque ve en Casillas un salvador de su equipo cuando, allá por 2011, las tensiones entre Real Madrid y Barça estuvieron a punto de romper la armonía de la campeona del mundo.

Fue entonces, tras aquella Supercopa, en pleno mes de agosto, cuando Casillas decidió descolgar el teléfono y llamó a su amigo Xavi Hernández para excusarse por lo que había ocurrido en los Clásicos precedentes. Ahí comenzó todo. Ahí arrancaron los problemas para Casillas y, paradójicamente, la salvación a su situación actual en la Selección Española.

Sus problemas porque, cuando Mourinho se enteró de lo que estaba pasando, montó en cólera y empezó a marginarlo poco a poco. Primero, dejándolo fuera del Trofeo Santiago Bernabéu posterior a aquella Supercopa. Después, con todo lo demás.

El culmen se alcanzó con la suplencia de Iker en favor de Adán no tanto por méritos deportivos, sino por deméritos extradeportivos. Mientras, muchos aficionados del Real Madrid aplauden aquellas decisiones e insisten en cargar contra Casillas por haberse reconciliado con un jugador del eterno rival. 

La lesión que le provocó Arbeloa no hizo más que agravar el asunto. Entonces llegó Diego López y a Casillas se le hizo de noche. Hasta que llegó la Copa Confederaciones.

Vicente del Bosque decidió entonces que era el momento de devolverle a Casillas todo lo que había hecho por el grupo. De no haber llamado a Xavi, el seleccionador está convencido que habría sido imposible mantener el buen rollo y, por lo tanto, haber ganado la Eurocopa de 2012. Estaba en deuda con él.

Casillas fue titular en la Confederaciones por eso y porque, para Del Bosque, sigue siendo un portero sublime. El salmantino lo ha mantenido en el puesto incluso cuando todo apuntaba a que debería haber sido Valdés el titular. Pese a ello, Vicente no se ha movido de su decisión y lo ha hecho apelando a la comprensión del arquero blaugrana. Valdés, mejor que ninguno, sabe que Iker salvó el ambiente de la Selección y quizá su presencia en el equipo con el gesto que tuvo hacia Xavi.

Porque el blaugrana todavía estaba entonces verde en el equipo y puede que, en medio de una guerra civil, se hubiera caído de la lista de España. También lo sabe un Xavi que, ante Del Bosque y el resto del grupo, defiende a Casillas y coloca a Valdés como ejemplo del comportamiento que debe tener todo futbolista de un gran combinado.

Factores que, por ahora, están permitiendo al capitán de la Selección tener oxígeno en España y, por lo tanto, mantener la esperanza en el Real Madrid. Algo impensable de no haber sido por aquella llamada de madrugada una noche de agosto en 2011.

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